Peter

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Cuando Peter tenia 5 años su padre llego ebrio a casa, oliendo a alcohol y el  humo de cigarro impregnado en su piel con la ropa sucia y tambaleándose, era un hombre de 40 años con sobrepeso, con una espalda ancha y músculos marcados por su trabajo, tenia una estatura mas o menos de 1'79 en realidad Peter no tenia muchos recuerdos de su padre, solo recordaba como esa noche estaba mas enojado que las veces anteriores y discutía en la sala con su madre, recordaba como él le gritaba muy seguido que era una perra y que la iba a matar por zorra y prostituta, Peter estaba en su cuarto contando los segundos que tardaba en caer una gota de agua del techo agujereado a su cama que ya estaba muy mojada porque esa noche estaba lloviendo mucho y su padre aun no reparaba el techo, pues ya lo había prometido hacia mas de dos semanas, pero aquel agujero seguía ahí al igual que él al igual que el puto mundo, mientras contaba   escucho golpes y los lamentos de su madre que suplicaba que dejara de golpearla porque los Jhonson llamarían a la policía y se lo llevarían preso, Peter no quería que se llevaran a su padre a prisión así que se levantó de su cama y camino en calcetines hasta la sala, cuando llego su padre aun seguía golpeando a su madre, Peter recordaba mejor que nada la sensación de la sangre de su madre cuando hizo contacto con su mejilla que luego comenzó a deslizarse suavemente hasta luego caer y unirse con la otra sangre del suelo. Después de ver eso Peter solo regreso a su cuarto, cubrió todo su cuerpo con una sabana y cerro muy fuerte los ojos, y al pasar el tiempo ya no escucho absolutamente nada, ni siquiera su propio respirar, ya no sentía nada, ahí el fue feliz.

Durante dos años esa rutina jamas cambio, era parte de la vida de Peter, tal vez si era algo extraño que un niño viviera disfrutando no sentir nada del mundo exterior. Hasta el día de su cumpleaños. Su madre había pedido un pastel pequeño de chocolate y su padre había comprado las velas que Peter apagaría, en lugar de ser algo bueno al ver a Peter apagar cada vela ellos veían como se había perdido año tras año, como ese niño les había arruinado la vida y comenzaron a verlo con rencor; Peter era alérgico al chocolate y tenia instintos pirómanos, pero desde luego ellos no lo sabían.

Esa noche al igual que todas las otras su padre estaba tirado en el suelo de la sala ebrio y su madre estaba junto a él dormida y golpeada, Peter camino hasta ellos y los observo durante mas de media hora, él no se había comido el pastel  aun seguía en la mesa ya rodeado de moscas; Se levantó ya cansado de verlos, tomo el cuchillo con el cual iban a partir el pastel y se acerco a su madre, se arrodillo, vio su rostro lleno de cicatrices e inflamado y luego le corto la garganta, hizo los mismo con su padre con la diferencia que con una cuchara le saco los ojos y los puso en una copa, después les corto 7 dedos, 5 de su padre y dos de su madre, poniendolos después en el pastel remplazado las velas, luego se fue al garaje tomo la gasolina del auto de su padre y la regó por toda la casa, cuando fue a buscar los cerillos no los encontró, así que fue a la casa de los Jhonson a pedirlos, Peter no se había limpiado, cuando le vieron lleno de sangre inmediatamente fueron a su casa.

-no tenia nada que celebrar, la verdad es que ellos no me amaban y yo no los amaba, todo solo se trataba de un formalismo sin sentimiento-

La agente Carla Castillo fue quien llevó el caso de Peter; cuando lo vio por primera vez no podía creer que alguien tan pequeño y débil pudiera haber hecho algo tan tétrico, era solo un niño.

-Es decir que aceptas haberlo hecho a voluntad?-

Los Jhonson fueron los primeros en contemplar la escena, quedaron tan aterrados que pensaron que fue obra del mismo anticristo, una semana después ellos se mudaron a algún lugar de florida y jamas regresaron, tal vez ahora viven felices.

Durante 5 años Peter fue visto por mas de 20 psiquiatras, pero ninguno logro nada, él no habló con nadie,no tenia a mas familia y por razones obvias el juez no podía remitirlo a un orfanato con otros niños. Cuando cumplió 13 años fue enviado a un centro especial para menores con desordenes mentales La Unidad y fue recibido por la Dr Judy Nilssen, quien se porto muy amable con él y le enseño cada lugar de la Unidad y con quienes viviría sus próximos años.

DemenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora