ᴛʜᴇ sᴜɴ ᴅᴇᴍᴏɴ(Yᴀɴᴅᴇʀᴇ ᴋɪᴍᴇᴛsᴜ ɴᴏ ʏᴀɪʙᴀ x ʀᴇᴀᴅᴇʀ)

_-6..🌑-_

Con tu mirada perdida en el amanecer y tus manos apretadas entre las largas hebras de tu ahora rubia melena, tomaste la decisión.

Te quedarías en el techo de aquella casa abandonada y esperarias el sentir los cálidos rayos del sol golpear tu cuerpo, para luego convertirte en cenizas y, poder morir sin lastimar o peor, aún matar a alguien.

No cerraste los ojos, querías ser valiente y soportar todo...tal y como lo habías hecho hasta ahora, pero también querías vivir, eras joven y ni siquiera has podido pensar por tu propio bienestar.

Suspiraste y apretaste más tus manos hasta lograr que tus alargadas garras se incrustasen en tu palma, romper la piel en esta y dejar brotar gotas de sangre que caían en la manta que antes te cubría.

Tn:-puedo hacerlo...puedo...ser-sera lo último que haga en este mundo-

Temblaste hasta que...

Tn:-A QUIEN ENGAÑO!!!!-

Apretaste los ojos y con una gran velocidad saltaste del techo para ingresar en la casa abandonada. Era la segunda fuerte sensación que tu corazón sentía, todo a causa del miedo.

Tn:-soy una inútil...pero, aún quiero vivir...-

Con tus temblorosas piernas caíste sobre la madera casi podrida de aquel abandonado lugar, sin ganas de explorar simplemente gateaste hasta llegar al rincón más oscuro, apoyaste tu cabeza sobre la pared y cerraste tus ojos... dejando consumir tus energías por el cansancio que repentinamente golpeó tu cuerpo.
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Pasando dos días te negaste a salir pero el hambre golpeaba tu ser. La tercera noche después de pasar de humana a demonio saliste de aquel lugar.

Tu cuerpo rápidamente fue recibido por una ráfaga de viento que con gusto recibiste. Sonreiste un poco y luego empezaste tu rumbo a un río que estaría un poco lejos de donde estabas pero era necesario para que pudieras asear tu cuerpo.
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Luego de la larga caminata llegaste a tu destino y contaste con la suerte de haber pasado cerca del burdel en el que trabajabas, solo para encontrar tus pertenencias a excepción de tus joyas las cuales no te importaban, tiradas dentro de bolsas en la parte trasera del lugar... literalmente, en la basura.

Así que ahora disfrutabas de lavar tu cuerpo con el helada agua, podías considerarlo relajante. Frotabas tu cuerpo con un trozo de tela suave y lavabas lo mejor que podías tu cabellera.

Con un tiempo menor de 20 minutos dejaste salir tu cuerpo del río y procediste a buscar un atuendo decente entre tus pertenencias. Una vez tu cuerpo estuviese secado, te vestiste con algo simple y para nada llamativo, lo que menos querías era miradas sobre ti.

Con respecto a tu cabello que llegaba más abajo de tu rodilla pero por arriba de tus pies,  no tuviste de otra más que hacerte dos trenzas y luego hacerte estás una trenza sola que sorprendente te llegaba por la cintura.

Tn:-Ahora, la comida....-

Apretando entre tus manos la pulsera de oro que cargabas el día que fuiste transformada, corriste alegremente hacia tu pueblo, sin saber que unos ojos rojos no se habían apartado de ti desde que saliste de aquella casa.

Pasados 15 minutos...

Llegaste al pueblo y de manera tranquila caminaste hacia un pequeño establecimiento de comida que te gustaba tanto.