CAPÍTULO I – HUGO
Hacía mucho tiempo que Hugo había dejado
de dormir con la luz encendida. Desde que
murió su madre, pasó un año sin poder
aceptarlo, durmiendo por las noches de esa
manera. Esa noche había llegado a su casa
cansado, exhausto, sin ganas absolutamente
de nada, más que poder recostarse y así
recuperar un poco de lo que había perdido
ese día en el trabajo. Hacían ya 12 años que
se encontraba trabajando como administrador
de una importante firma de automóviles con
base en España, lo que le había posibilitado la
oportunidad de vivir en un lujoso y amplio
departamento, en el quinto piso de un
reconocido edificio de Barcelona. Su posición
la había conseguido establecer, luego de un
buen tiempo trabajando a la par de su
hermano Alex y tras haber estudiado
administración empresarial durante tres años.
Esa noche había llegado físicamente destruido,
teniendo fuerzas solo para cambiar su ropa y
recostarse para poder dormir.
A la mañana siguiente, Hugo se levantó de su
letargo muy temprano y se sentó al costado
de la cama. Una serie de recuerdos
comenzaban a llegar a su cabeza, nublando su
mente: Su etapa como estudiante, la
infidelidad de su madre a su padre, sus años
de rebeldía, las carreras clandestinas, su
amigo Pollo y su vida al margen de la Ley.
Todo lo que había dejado en el pasado quería
volver en ese día. Tras recordar estas
circunstancias con algo de tristeza, pudo
hacerlas nuevamente hacia atrás, en un dejo
de tranquilidad. Se levantó de su cama,
caminó hasta el balcón, abrió la cortina y la
mampara que lo separaban del mismo y salió
hacia él. Hacía un agradable amanecer de
primavera y el suave viento matinal lo
reconfortaba.
Hasta que nuevamente los recuerdos del
pasado retornaban, pero en esta ocasión, se
trataba de un nombre en particular: Babi.
Apoyado con sus manos sobre la cornisa,
Hugo intentó de alguna forma limpiar ese
recuerdo de su mente. Definitivamente, lo