Una en el bote

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Ella le miró boquiabierta, como si nunca antes le hubiesen hecho esa pregunta el pelo negro y liso caía sobre uno de sus ojos.
—Soy Jisoo —dijo por fin con voz suave y aterciopelada.
—Hola, Jisoo —dijo Jimin al tiempo que se aproximaba a ella mirándola fijamente—. Soy Park Jimin.
—Lo sé —contestó ella con timidez. Apartó el pelo que le cubría la mitad de la cara.
—¿Conseguiste encontrar al señor Cotton? —preguntó Jimin.
Ella asintió.
—Sí. Mi hermana y yo queríamos preguntarle algunas cosas sobre el coro. Ya sé que es un poco tarde y el año está bastante avanzado, pero pensamos que tal vez podíamos unirnos a él, a tiempo para el concierto de la primavera.
Jisoo suspiró, como si la explicación le hubiese supuesto un gran esfuerzo.
—¿Vosotras cantáis? —preguntó Jimin, mientras estudiaba el rostro de la hermosa muchacha. Le gustaban sus ojos verdes, el brillo tenue que despedían sus carnosos labios.
—Bueno, Lisa y yo creemos que sí, pero no estoy segura de lo que opina el señor Cotton.
Jisoo sonrió por primera vez, una sonrisa luminosa y fugaz. Luego desvió con timidez la mirada.
—Yo estoy en una banda —le dijo Jimin—. ¿Nos has oído tocar alguna vez? Quiero decir, ¿en el vestíbulo?
—Un poco —asintió ella.
—Podríamos emplear a una cantante —dijo Jimin. La idea acababa de ocurrírsele—. Yo soy un gran guitarrista y también canto bastante bien, pero no estaría mal incluir una voz femenina. Tal vez tú o tu hermana...
—A Lisa podría gustarle la idea —contestó Jisoo con aire pensativo—. Su voz es mucho más potente que la mía. —Dudó un momento, avanzó un paso y mirò había el interior de la taquilla—. Creo que yo no sería capaz de cantar música rock.
—Eres callada, ¿Eh? —Preguntó Jimin.
Sus mejillas se tiñeron de rojo
—¿Callada como un ratón? —bromeó Jimin.
Ella se echó a reír.
—No tan callada.
El pelo volvió a cubrirle un ojo. Jisoo no intentó retirarlo de su cara.
—El viernes por la noche tocaremos en un club de baile para adolescentes. Está en Old Mill Road. ¿Lo conoces? Se llama The Mill.
Jisoo sacudió la cabeza.
—No. Nos trasladamos aquí el año pasado. No eh tenido oportunidad de...
—¿Tienes algo que hacer el viernes por la noche? ¿Quieres venir a oírnos tocar? —preguntó Jimin.
Vio la sorpresa dibujada en los ojos de la chica. Los círculos rojos en sus mejillas cobraron mayor intensidad.
—Bueno yo... —titubeó Jisoo
—No tenemos por qué quedarnos en el club si no te apetece —añadió enseguida él—. Sólo haremos un pase. Podríamos largarnos en cuanto acabara nuestra actuación. Ya sabes, ir a algún sitio.
Ella alzó la vista y le miró fijamente, como si tratará de leer sus pensamientos.
—Esta bien —aceptó—. Parece divertido.
—Estupendo —dijo Jimin. Dio un paso hacia atrás cuando Jisoo se volvió para coger la mochila que guardaba dentro de la taquilla.
—¿Sabes dónde vivo? —preguntò—. Nuestra casa está al final de la calle Fear.
—La encontraré —dijo Jimin—. Te veré el viernes a las siete y media.
Jimin le dedicó su sonrisa más seductora y luego se alejó en dirección  a su taquilla. Sabía que ella mantenía la vista fija en él, admirando su forma de caminar.
«Es pan comido», pensó con satisfacción. Había resultado casi demasiado fácil.
«Es realmente tímida —se dijo—. Pero estaba emocionadísima cuando la invité a salir.»
—Una en el bote —murmuró para sí—, y ahora a por la otra.

—¡Así se hace, tío! —dijo Taehyung, al chocar la mano alzada de Jimin.
Jimin se paséo por la habitación alardeando de forma exagerada.
—¡Soy genial, soy genial! —canturreó.
—¿Y con cuál de las dos tienes la cita? —preguntó Taehyung.
—Con Jisoo —dijo Jimin—. ¡Que está colada por mí!
—¿Y qué pasará con Lisa? —preguntó Taehyung—.
¿Montártelo bajo la manta?
Como de costumbre, Jimin no rió el desafortunado chiste de su amigo.
—¡Soy genial! ¡Soy genial! —repetía, mientras daba vueltas por la habitación.
Taehyung había aparecido después de la cena, como hacía a menudo para librarse de los deberes. Jimin le había contado de inmediato que, esa misma tarde, había invitado a salir a Jisoo Wade y que ella, por supuesto, había aceptado.
—¡Ellas no pueden decirle que no a Jimin el hombre! —exclamó. Volvió a chocar la palma de su mano con la de Taehyung—. ¿Quién es el hombre, Tae? ¿Quién es el hombre?
—Tú eres el hombre —respondió Taehyung. Luego se dejó caer sobre el edredón rojo y blanco y cruzó las manos detrás de la cabeza—. ¿Y qué hay de su hermana?
—Pienso llamarla ahora mismo —dijo Jimin—. Me alegra que hayas venido, amigo. Así oirás la conversación. ¡Serás testigo de un momento histórico!
Taehyung se echó a reír. Estaba disfrutando tanto como Jimin de todo aquello.
«Taehyung es mi máximo admirador —pensó Jimin—. Por eso somos tan buenos amigos.»
—¿De verdad piensas invitar a salir a Lisa el sábado por la noche? —preguntó Taehyung mientras se incorporaba y extendía los brazos por encima de la cabeza.
Jimin asintió con una sonrisa al tiempo que cogía el teléfono inalámbrico.
—¿Y vas a pedirle que no le diga nada a Jisoo? —Taehyung volvió a dejarse caer sobre la cama.
Jimin asintió de nuevo. Buscó el número de los Wade en el listín del instituto donde asistía, que había junto al teléfono.
—Dos Wade el mismo fin de semana —mumuró mientras desplazaba el dedo por la columna de nombres y números—. Ése es el reto. Y yo lo acepto.
—¡Tú eres el hombre! —exclamó Taehyung—. ¡Tú eres el hombre!
Jimin marcó el número y se llevó el auricular a la oreja.
—¿Y qué pasa si es Jisoo quien contesta la llamada? —preguntó Taehyung—. ¿Qué pasará si es Jisoo quien se pone y tú crees que es Lisa?
—Eh, las reconozco perfectamente —dijo Jimin. Se llevó un dedo a los labios para indicar a Taehyung que no hablara. El teléfono sonó dos veces. Al cabo de un momento, en el otro extremo de la línea, se oyó la voz de una chica.
Jimin se aclaró la garganta.
—Hola... ¿Lisa?

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⏰ Última actualización: May 19, 2020 ⏰

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