VI

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—Eres una traidora.

Sus palabras cayeron heladas y repentinas. La molestia en su voz era evidente y ella, indefensa, asombrada y culpable, no sabía cómo responder al reclamo. Sí, lo había hecho, había traicionado la confianza que se tenían desde hacía años. Pero, si lo pensaba bien, también era culpa de ella. ¿Cómo se atrevía a abandonarla en ese momento? Justo cuando habían llegado a un momento difícil, cuando la intriga por el futuro se volvía más insoportable.

El silencio continuaba. En verdad no tenía palabras para defenderse. Sin importar lo que dijera, estaría en problemas y sus argumentos serían débiles ante el reclamo de su querida amante. En verdad se arrepintió de esa traición, de aquella falta a la confianza que durante años habían desarrollado. Un pequeño descuido y todo quedaba comprometido. Y en sus pensamientos solo se excusaba. ¿Qué otra opción había? La dejaron sola cuando menos soportaría la tentación. Todo era cuestión de oprimir un botón, teclear un nombre y dar rienda suelta a la curiosidad.

Clic. El frio metal rodeó sus manos. La arrojó al sillón y también le puso unas esposas en los tobillos. Ya sabía lo que venía y no podía estar más ansiosa. Alzó la mirada. Ante ella estaban los ojos felinos de su pareja, detrás de esos lentes de armazón negro. Lo que seguía era ponerle una mordaza, no quería escucharla por el resto de la noche. Y así, al tenerla bien atada, se sentó a su lado. Tomó el control de la televisión y mientras jugaba con los azules cabellos de su pareja, retrocedió en los episodios que le mostraba el servicio de streaming.

—Ahora tendrás que verlo todo conmigo. Y no trates de hablar. No quiero nada de spoilers.

Black & BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora