Prólogo

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Voy a romper todo lo que crees saber del infierno.

No vas allá siendo juzgado por Dios.

No vas allá porque fuiste una mierda de persona.

No. No y no. Todo lo que la Biblia nos dice está mal. Terriblemente mal.

Cuando mueres, permaneces encerrado en una celda oscura. Solo. Completo silencio a tu alrededor. Únicamente la débil luz del pasillo frente a tu celda como compañía. Sin ser castigado. Esperando que tu jurado muera también.

Tanto tiempo observando la luz. Sin nada que hacer. Sin recordar nada de tu vida humana.

La lucesita se vuelve cada vez mas tenue.

Tu jurado son cuatro personas.

Con la que fuiste más cruel.
Con la que fuiste más amable.
A quien salvaste con tus acciones.
Quien murió por tu culpa.

Puede pasar una centena de años antes de que seas juzgado.

Y mi centena por fin acabó. Nadie vino a buscarme. Mi celda solo se abrió y sentí la necesidad de salir. La luz se extinguió. Y supongo que eso significa que mi espera terminó. No sé a dónde ir, no realmente, pero mi cuerpo parece saberlo.

Voy caminando por un largo pasillo de celdas vacías, pero hay gritos por todos lados.

Supongo que no puedo ver al resto de los que esperan por juicio. Protección de la identidad. Hasta el diablo respeta eso. Díselo al siguiente imbécil que filtre tus fotos desnuda.

No hay cadenas que me amarren, ni un escolta que me lleve a mi destino. Voy sola. No hay forma de escapar del infierno. No importa cuanto los hermanos Winchester te lo hayan asegurado.

No hay un calor agobiante, ni llamas y fuego. Se puede palpar la desesperación. No hay una larga de lista de desgraciados esperando por su castigo. Solo un largo pasillo de piedra muy  pobremente iluminado e infinitas celdas vacías.

Llegar al salón del juicio me tomó unas cuantas horas. Que en tiempo humano probablemente son un par de minutos. El tiempo aquí abajo transcurre diferente. Eso es lo único cierto que dicen de acá. Un segundo es una eternidad.

El final del pasillo es una puerta de aspecto pesado. Madera con hierro. Un letrero reza "Sala de juicios". Es gracioso que utilice la palabra "reza" para describir cualquier cosa en el infierno. Empujo la pesada puerta y hay cuatro personas dándome la espalda. Tres sentados en un lado de la sala, y uno en el lado contrario. Mi cuerpo se mueve solo y lo entiendo.

En este juicio no soy juzgada. Soy verduga.

IN FER NODonde viven las historias. Descúbrelo ahora