primera noche: jugamos?

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La noche se acercaba, el cielo se había cubierto de nubes negras y los relámpagos cada vez eran más fuertes, Luhan se negaba a separarse de su madre, no quería dormir solo en aquella aterradora casa y no pensaba hacerlo.

- Vamos Luhan, no seas bebe, nadie te va a comer y mañana a las 7:45 comienzas el Instituto,¿No querrás llegar tarde tu primer día de clases?- le dijo su madre intentando separar a Luhan de su hombro el cual ya estaba adolorido de tanto tironeo.

-No, yo no duermo solo Mamá, ¿Y si aparece un fantasma?-.

-Pues le das las buenas noches, hijo, ¡A dormir ya!-le gritó su padre, quien dormía junto a su madre lanzándole una un lado de su almohada.

-Claro, tú no tienes miedo porque duermes acompañado, ¿Por qué no te vas a dormir a mi cuarto solo y con el ventanal ese?-.

-Luhan!!!- gritó, pero Luhan no se movió un solo pelo, no pensaba moverse de allí.

-¡BAEKHYUN, KYUNGSOO, VENID AQUÍ Y LLEAVÓS A VUESTRO HERMANO!-.

-No te harán caso-dijo Luhan ignorando el grito de su padre, pero dos segundos después la puerta de la habitación se abrió y un rubio totalmente despeinado con un pijama que parecía un vestido blanco y con una fea expresión en su rostro apareció

-AAAAAHH, ¡UN FANTASMA!-grito Luhan abrazando a su padre que solo suspiro.

-Luhan hijo por favor, te lo ruego, iDéjame dormir!-rogó Hyunseung de rodillas en la cama, el rubio menor no alcanzó a contestar, su hermano "el fantasma" lo tomo de su camiseta y lo arrastro fuera de la habitación de sus padres, sacándolo de lo cálido para meterlo en los fríos pasillos de la mansión cubiertos de madera vieja, vacíos y sin ningún rastro de familiaridad y calidez.

-Luhan, no seas bebe,¡es hora de dormir!-decía Baekhyun mientras lo arrastraba por los pasillos.

-Pero...es qu...tengo miedo ¿Puedo dormir contigo?-.

-NO- y una vez dicho esto, el rubio mas grande abrió la puerta de una de las habitaciones y sin ninguna consideración empujo al rubio mejor justo dentro en la cama.

-Por favor, Baek-.

-DUERMETÉ LUHAN, ni siquiera te vas a dar cuenta de nada una vez que te duermas- el rubio cerró la puerta de un portazo y se encaminó por los pasillos rumbo a su cómoda cama dejando a su hermanito asustado y solo en su cuarto.

Luhan encendió todas las luces que encontró, desde lamparillas de noche a linternas, empezaba a tener la ligera sensación de que se estaba volviendo loco, pero tenía miedo, a él siempre le había dado mucho miedo lo paranormal y su padre lo sabía, ya podría haber comprado una casa junto a la playa, pero no, tenía que comprar una casa antigua llena de espíritus malignos y quien sabe que más

-Cálmate Luhan, los espíritus no existen... no existen-se decía el rubio mientras encendía luces y rebuscaba más en sus cajas de la mudanza, ¡estaba totalmente paranoico!, Luhan tomó su teléfono móvil y se tiró en su cama cubriéndose con las mantas sin apagar ninguna luz, no pensaba dormirse, no pensaba cerrar un solo ojo.

Las horas continuaron pasando y el sueño cada vez era más fuerte en el rubio hasta que ya no lo resistió más y al cerrar un ojo se durmio...

En aquel momento las luces encendidas se apagaron, el frío inundo la habitación y una pequeña silueta vista únicamente por la luz de la luna que entraba por el gran ventanal se acercó al cuerpo durmiente de Luhan, quien estaba despatarrado en la cama con todas las mantas por el suelo y su celular apretado fuertemente por su mano, la pequeña silueta se movió sigilosa hasta posarse en el pecho del rubio que subía y bajaba pausadamente rió la silueta, en aquel momento la luz de la luna le dio de lleno, sus rizos rubios, sus ojos grandes y verdes, su expresión macabra y su piel de porcelana se iluminaron por completo, la muñeca se acercó con cuidado y poso sus pequeñas manos sobre el cuello del rubio apretándolo.

Luhan se sintió incomodo se repente, asfixiad...como si no pudiera respirar, abrió sus ojos azules como el cielo y vio algo que lo aterro...una muñeca con un expresion aterradora le apretaba el cuello.

-¿Jugamos?-preguntó la muñeca con voz de niña inocente, el rubio abrió sus ojos hasta deformarlos del terror y se levantó de la cama empujando a la muñeca en el proceso que estaba prendida en su cuello apretándolo cada vez más, la tomo de las piernas e intento quitársela de encima, pero la muñeca no se soltaba, intento gritar, pero su voz no salía...iba a morir, si no hacía algo moriría y entonces lo vio, el mechero que le había regalado su abuelo, estaba allí, en la mesita de noche, se arrastró por el suelo en el que había caído a causa de la falta de aire y consiguió llegar hasta la mesita, sin demorarse un solo segundo cogió el mechero y realizó el intento de prenderlo... nada, la llama no salía, lo intento una vez más y cuando creía que moriría la llama naranja casi roja se encendió quemando el cabello de la muñeca

-AAAAHAA-chillo desprendiéndose del rubio, Luhan le tiro el mechero encima y todavía sin habla a causa del miedo observo como la muñeca se quemaba por completo, sus rizos habían desaparecido y ojos ya verdes, sus no eran se derretíanpoco a poco cayéndole de la cara, cuando la muñeca estuvo completamente calcinada un rayo trono a la distancia y una luz roja llenó las cenizas de la muñeca, Luhan se alejó sin importarle el hecho de que se estuviera quemando la casa, intentó abrir la puerta, pero no pudo, comenzó a golpearla rogando porque alguien lo oyera y como un ángel caído del cielo una voz se oyó del otro lado

-¿Luhan?-el rubio conocía esa voz, era su hermano pelirrojo, en aquel momento, al oir la voz de su hermano la suya propia volvió.

-SOCORRO-gritó asustado, Kyungsoo frunció el ceño confundido e intento abrir la puerta ante la desesperación de su hermano, pero por mucho que lo intentó no consiguió abrirla.

-Luhan, está trancado, ¡abre!-le dijo, el rubio no contesto y su preocupación aumento, sin importarle lo que dijera su padre rompió el cristal de la pequeña hacha que había a mitad del pasillo con su mano desnuda y cortó el picaporte de un hachazo.

Luhan estaba aterrado, la puerta no se abría y Kyungsoo tampoco podía hacer nada desde fuera, se dio la vuelta lentamente para observar una sombra negra con los ojos rojos que le miraba, instantáneamente comenzó a temblar de miedo.

-Aléjate- susurró casi sin voz arrastrándose por el suelo hacia una esquina de su habitación, la sombra negra y aterradora lo siguió, las lágrimas comenzaron a caer de sus mejillas al pensar que aquello era el fin, pero cuando pensó que iba a morir escucho un fuerte ruido, su mirada se dirigió a la puerta, ahora abierta donde su hermano sostenía un hacha, el pelirrojo se quedó tieso al ver esa sombra negra que ante tanta persona retrocedió y volvió a las cenizas de la muñeca, Luhan se arrastró por la pared sin querer acercarse a la muñeca hasta llegar a la puerta donde estaba su hermano quien lo abrazó fuertemente.

-¿Se puede saber que está ocurriendo?-los dos giraron el rostro un segundo, pero al oír un ruido, como un crujido, volvieron a girar la cabeza para ver a la muñeca totalmente recuperada, sin una sola mancha en su cabello de seda rubio con una sonrisa macabra en el rostro.

-Volveremos a jugar-dijo sonriendo con su voz inocente para después desaparecer, Luhan tembló y cayó de rodillas al suelo sin soltarse de su hermano quien también temblaba a causa del miedo y sin decir una sola palabra acompaño a su hermano rubio en el suelo abrazándolo con miedo.

-¿Qué...era eso?-los dos giraron el rostro y su hermano rubio también de rodillas en el suelo les devolvió la mirada, desde luego ellos no querían jugar.

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La casa de las muñecas(Chanbaek,Kaisoo,Hunhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora