~Parte Única~

3.6K 106 92
                                    

-Y con éstos, van 300.

Una moneda de oro cayó encima de de un pequeño montón, también de monedas. Ese montículo dorado se hallaba encima de una mesa redonda, cuya madera empezaba a mostrar algunos rastros de vejez.

-Así que ése es el trato. 150 cincuenta para ti. Y 150 para mi-habló una voz femenina y joven.

La propietaria de aquella voz era una muchacha de piel morena. Su cabello era totalmente negro estaba amarrado en una cola de caballo y llevaba una bandana cubriendo parte de su mentón y su cuello. Un parche negro cubría su ojo izquierdo, destacando el curioso diseño de calavera. Bajo la bandana se veia claramente una camisa marrón.

-150 monedas. La mitad. Cuando fue gracias a mí que no has acabado muerta-habló la persona frente a ella. Un joven de cabello azabache bien peinado con un copete. En su mentón se veian claramente una cicatriz en forma de aspa. Llevaba una camisa de color azul oscuro con un chaleco negro-Honestamente, creo que merezco más.

-¡¿Disculpa?! ¡Sin mi, no serías nada!-exclamó la contraria, dando un fuerte puñetazo a la mesa-¡Yo siempre voy al frente, Colt! ¡Doy mi cuerpo contra las balas y los golpes mientras tú te quedas atrás disparando desde tu confortable distancia!

-Epa, Shelly. Calma-le habló el joven. No era raro que sucediera ese tipo de situaciones. El sereno y crudo pistolero comúnmente acababa teniendo que calmar las llamas de su irascible compañera de escopeta-Cuidado con la mesa. Es el único mueble decente que tenemos.

-Y una... Y una mierda-le respondió la morena, levantándose-Hemos empezado esta dúo hace un mes. Han sido tres atracos del cual hemos salido con las manos llenas. Y seguimos teniendo estas pocilgas como escondites.

Una pesada bota con espuelas le pegó una patada al banco donde, hace tan solo unos segundos, la chica del parche había estado sentada. Su ojo derecho paseó por todo el cuarto donde se hallaban los dos. Una simple habitación de como 4 metros cuadrados, con una pequeña mesa redonda de medio metro de diámetro. Y un par de banquitos que les permitía sentarse. Como camas, un par de viejas (aunque abrigadoras) mantas. Y eso enfadaba a la bandida tuerta. La enfadaba mucho:

-Tenemos monedas. Muchas ya. Para empezar a comprar cosas y marcharnos cada uno por nuestra cuenta-habló la pelinegra, dándose la vuelta para mirar a su compañero forajido.

-Pero no para poder lograr una vida estable, chica-refutó Colt-Necesitamos aún más golpes. Sabes muy bien lo que recomendé. 1000 monedas cada uno. Vamos aún por las 450 monedas.

-Te odio-esas dos palabras fueron las últimas que dijo la morena antes de acostarse sobre una parte de la manta para cubrirse con la otra mitad.

-Yo también-respondió el azabache, imitándola. Ambos quedaron dormidos.

*******

-¿Eres totalmente consciente que podría matarte y quedarme con lo que te toca?

Esa pregunta tomó a Colt por sorpresa. Acababan de dar otro golpe y su nuevo escondrijo era igual de miserable que el anterior:

-Me necesitas para poder hacer bien los robos, chica.

-Tenemos actualmente 760 monedas cada uno. Podría matarte y quedarme con tu porción. Tendría más de mil monedas.

⪓¿Ya Dije que te Odio?⪔ ʙʀᴀᴡʟ sᴛᴀʀsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora