Siempre pensó que Tomioka era la clase de persona que bebía con precaución y Kamado Tanjiro lo seguía creyendo, al menos cuando no era obligado a competir sobre quién es capaz de soportar más alcohol o, mejor dicho, simplemente fue arrastrado ahí por Rengoku y Uzui mientras que Tanjiro no era más que una especie de espectador junto con Zenitsu e Inosuke.
No tuvo que pasar mucho tiempo para que los pilares comenzaran a sentir los efectos en sí, pero siguieron bebiendo, aun cuando a duras penas podían mantener los ojos abiertos considerando la hora y la cantidad de alcohol que habían tomado.
Por suerte el sake se acabó, y por un momento, Tanjiro suspiró aliviado, aunque al rato Uzui sugirió ir por más llevando consigo a Zenitsu e Inosuke, éste último proclamando que podía cargar más sake que cualquiera, mientras que el Pilar de la llama se divertía con la situación.
Tanjiro solo necesitó olfatear un poco para darse cuenta del estado actual del Pilar del agua, es que, no era necesario ser un genio para notar que Tomioka Giyū estaba completamente borracho.
Sus acciones eran más sinceras y sus mejillas estaban sonrosadas, algo que generalmente no se vería en él.
Pero la peor y adorable al mismo tiempo para Tanjiro, era esa manía, como le prefería llamarlo, de estar más cerca suyo, casi recargándose sobre sí. Quizá invadía poco a poco su espacio personal, pero no es que le molestara, de hecho, se sentía feliz que Tomioka de alguna forma confiara en él.
Extraño, pero así lo sentía.
Por otro lado, dudaba que Giyū fuera capaz de sostenerse por sí mismo, así que prefería que se recargue sobre él antes que termine en el suelo y se lastime, por eso prefirió esperar a los demás ahí antes que acompañarlos.
En un comienzo Tanjiro se sobresaltó ante el repentino acercamiento y pensar que tal vez, buscaba cierta cercanía con los demás, fue inevitable. Después de las contantes burlas de Shinobu, probablemente Tomioka desarrollo esa preocupación por sus relaciones.
— Giyū-san, vamos, no te puedes dormir aquí, te resfriarás. — Habló con tono apacible. Ciertamente le gustaba la actual posición, de alguna forma le recordaba a sus hermanos menores, pero tampoco sería agradable que el Pilar contrajera una especie de resfriado y no pudiera cumplir con las misiones que se avecinaban.
Esperaba que el azabache al menos estuviera de acuerdo e intentara ponerse de pie para ir a dormir, sin embargo, solo recibió un pequeño gruñido y antes que se diera cuenta, Giyū sin previo aviso recostó su cabeza sobre el hombro del chico casi escondiendo su rostro entre el hombro y el cuello impropio.
Solo basto ese movimiento para que Tanjiro quedara estático y su cerebro tratara de procesar lo que acababa de ocurrir. Vale, que Giyū busque repentinamente la cercanía, no le incomoda, que estén a una distancia mínima tampoco, pero recostar la cabeza en su hombro le terminó costando varios años de vida.
Una persona bajo los efectos del alcohol se vuelve sincera y Tomioka no era la excepción. Aprovechando la nula distancia entre ambos, recorrió con la punta de su nariz el cuello ajeno y se deleitó con el perfume natural del chico. Casi como acción involuntaria, rodeó con sus brazos la cintura ajena para atraerlo en un ligero abrazo.
—¿¡Giyū-san!? — Cada vez se tornaba más confuso y la vergüenza no tardó en aparecer, por lo que sus movimientos se volvieron lentos, además de reducidos por la pequeña "prisión" que le impuso el Pilar, por ende, no tenía ni la menor idea de cómo actuar.
Con urgencia deseaba que llegaran Inosuke y Zenitsu para que lo ayudaran.
O tal vez no tanto, probablemente que llegue Zenitsu no era una buena idea. Tendría que lidiar él mismo con esa peculiar situación.
De inmediato intentó alejarse apoyando sus manos en los hombros de Tomioka para entablar una distancia entre ambos, mas la vergüenza y la fuerza que imponía el más alto se lo impidieron, trataba de buscarle explicación o ideas sobre cómo solucionar esto, pero era como si todas las ideas lógicas lo hubieran abandonado.
—Giyū-san, aléjese por favor-- — Los ojos de Kamado se abrieron con sorpresa, es que ¿cómo no hacerlo? El pilar del agua había trazado un camino con su lengua desde el hombro hasta su cuello y para colmo, mordió la piel del chico. Estaba seguro que eso le dejaría una pequeña marca ahí. Ese molesto color rojo recorrió todo su rostro, aunque quisiera quejarse o decir una simple palabra, todas se quedaban atoradas en su garganta.
— ¡Sufici--
Giyū solo se apartó un par de centímetros, pero fueron suficientes para Tanjiro apreciara su rostro. Tenía una leve pequeña expresión de súplica, como si le pidiera con gritos internos que lo dejara así.
— Eso... es trampa. —Se quejó y dejo que el mayor volviera a recostar su cabeza mientras ligeramente lo abrazaba.
No pudo evitar compararlo con un cachorro o algún niño pequeño que le acababan de quitar una especie de dulce.
No podía describir bien su expresión, solo notó que, al mayor, le costaba expresarse, incluso ebrio. El problema era cómo lo llevaría a su habitación cuando el azabache tenía toda la intención de negarse a moverse o alejarse.
Además, no podía quitar de su cabeza sobre qué respondería cuando le preguntaran sobre esa marca en su cuello, el solo pensarlo lo avergonzaban y que estuvieran tan cerca el uno del otro no ayudaba en lo absoluto.
Se encargaría desde que ahora que Tomioka no beba sake en exceso.
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No sé si Rengoku beberá, pero me pareció graciosa una competencia entre esos tres, aunque Giyū sea arrastrado. (?)
Perdón por ésta kkita, se me pasó por la cabeza un Giyū borracho e intenté escribirlo asdf.
pinche coraje que traigo atorado desde que Wattpad me cambia el guión largo por el corto.
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Sake
FanfictionGiyū y el exceso de alcohol no eran una buena combinación. 》 Disclaimer : Los personajes de Kimetsu no Yaiba no me pertenecen, obviamente. Al igual que el dibujo de la portada, pronto la cambiaré. 》 Advertencias : Ninguna, sólo perdonen las falta...