La razón de quererte

Un día ya no voy a quererte

El día que no te quiera, me gustaría que me lloraras por lo menos un par de días, que como mínimo me pidas perdón por haber jugado conmigo y que al menos me digas que muy en el fondo tú estabas pensando en quererme.

León, no creas que el asunto de no sentir algo por ti es algo que no he decidido, de hecho llevo como una semana pensando que eres un completo imbécil. Sin embargo este asunto va más allá de mis manos. El que te quiera, es involuntario, es decir, así como no planeé hacerlo, así tampoco puedo planificar cuando dejaré de quererte.

Me esfuerzo todos los días en ya no quererte, pero tú lo haces muy difícil, cuando me besas, me dices que soy lo mejor de tu vida y me tomas de la mano mientras nos dormimos escuchando aquella canción francesa que tanto nos gusta. Te odio por hacerme quererte todos los días un poquito más.

No sonrías, no cantes victoria, ni creas que mi cariño será eterno. Porque así como te ganas mi corazón poco a poco lo pierdes en mayores cantidades, cuando veo como te escabulles discretamente para hablar con ella, o te aprovechas del hecho de que lo nuestro no es público para ser especialmente amable con otras chicas.

Ya sé lo que piensas. Crees que te considero un cerdo, un indecente, un descarado... etc. Pues sí, sí te considero todo eso pero al mismo tiempo, más allá de las sospechas del horrible hombre que podrías ser, veo a un chico amable, gentil y sensible, que cuando menos me lo espero, me demuestra en indecisas pero hermosas muestras de cariño que le importo.

Estoy demente, es verdad, pero si un día dejo de quererte, espero que sea porque nunca me quisiste y no porque simplemente no tuviste el valor de decírmelo.