Prólogo

764 13 0
                                    

                                   

Muchas veces el contraer matrimonio es el sueño o deseo de toda mujer, o al menos para la mayoría de nosotras lo es. Para algunas sigue siendo un tabú de encontrar el amor de tu vida o esa persona especial que te haga sentir protegida, cuidada, amada, esas mariposas en el estómago, unas infinitas ansias de saber que al verlo de nuevo hará que sonrías como nunca, esa adrenalina inmensa corriendo por la sangre de tus venas. Y sobre todo hacerte sentir... Enamorada. Donde recuerdes que has perdido el piso y flotas en una nube de algodón.

En cambio, yo buscaba a un hombre con las mismas características. Sobreprotector, demasiado cuidadoso conmigo, y que derramara por los poros amor por mí. Yo anhelaba un héroe literario. Había leído tantos libros, que mi fervor por los personajes hiciera altas mis expectativas con el género masculino. Cosa que no era absurdo para una chica lectora y amante de las novelas de amor como yo y como de las que vivía rodeada en conversaciones todo el tiempo. Esas personas al menos compartían una pequeña visión de eso y muchas cosas más, del cual mis padres tenían opiniones muy opuestas a las mías.

Mis padres solían decirme que vivir en un mundo irreal no me conduciría a ningún lado y no le prestaba verdadera atención a las cosas reales. En el fondo odiaban respetar el tipo de comportamiento que expresaba cuando un libro me interesaba.

-Que irónico! La mayoría no entiende la enseñanza que un libro tiene.- pensé en mis adentros.

Creo que nadie debería dejar de creer en el verdadero significado del amor. Todos tenemos a alguien esperando ahí afuera, esperando en algún lugar de este pequeño e inmenso mundo.

El punto es que yo había encontrado a mi persona literaria en las afueras de la comodidad de mi hogar, cuando comenzaba a explorar el mundo y necesitaba encontrar diferentes perspectivas de la vida.

Nuestras miradas no dudaron en saber que aquí habría o pasaríaal más que solo el mirarnos a los ojos, pero eso había sido el comienzo de unviaje que conllevaría sus altibajos a lo largo de tenernos el uno al otro. Nosabíamos con qué demonios o con que sombras nos íbamos a enfrentar. O si lafuerte conexión iba a ser tan fuerte para soportar cualquier adversidad que seinterpusiera en el camino que estábamos por recorrer...        

O tal vez no...

Entre sueños y ... ¿mentiras?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora