Fabiola tocó la puerta de su jefe.
-¿Presidente, puedo pasar? - Preguntó con el corazón en la garganta. Estaba perfectamente anuente de que su jefe tenía una molesta visita en su oficina. Sin embargo, él mismo le había dicho que no importaba quién estuviese dentro, ella podía pasar, pero siempre tocaba antes de abrir la puerta y pedía su autorización.-Pasa - le ordenó Zoro casi sin aliento. - Te he dicho mil veces que no es necesario que toques la puerta. - Se quejó.
-Lo lamento - respondió. - Eso dice pero no es como si quisiera ver... eso. - pensó Fabiola. La situación era tan ridícula como los sentimientos que albergaba en su interior.
La habitación estaba saturada por el ruido infernal de la mujer que montaba al hombre del que Fabiola se había enamorado a pesar de su molesta y despreocupada actitud hacia ella, sabía perfectamente que en el fondo, era un hombre honorable y fiel a la persona que él consideraba lo valía.
-A ver, ¿qué quieres? - Respondió mientras agarraba con fuerza los glúteos de la chica de cabello dorado sobre él y la embestía con fuerza. Sin embargo su mirada estaba fija en Fabiola, lo que hizo que ella se estremeciera.
Muchas veces le asustaba lo ridículamente encaprichada que estaba con su jefe, si su mirada le causaba tantas emociones, solo podía imaginar lo que sentiría si estuviese en el lugar de la chica que estaba entre sus trabajados brazos. Zoro dedicaba incontables horas en el gimnasio, disfrutaba tonificando aquél cuerpo que llevaba a Fabiola a la completa desesperación.
-Sir. Crocodile de Baroque Works ha aceptado su propuesta y desea reunirse con usted dentro de una semana, es decir, el 2 de diciembre, para discutir los términos del contrato - informó la chica como si nada estuviera pasando, pero pasaba mucho, sus piernas comenzaban a temblar, su atención estaba postrada en lo que más deseaba desde que entró a la empresa. - Por lo que necesitaba su confirmación... - su voz fue interrumpida por el gemido de la chica. Él rompió la conexión visual con su asistente y se dirigió a la chica.
-¿Puedes callarte un segundo? - Chisteó pero él no dejaba de moverse.
-Imposible - enredó sus brazos en los hombros del marimo como si su vida dependiera de eso - está tan profundo, se siente tan bien - exclamó disfrutando de la atención que le daba el marimo.
-Maldita sea - se quejó Fabiola en su mente.
Envidia
Zoro se puso de pie con la chica en sus brazos y la colocó con rudeza sobre la mesa. Fabiola se sobresaltó ante el fuerte sonido que hizo el cuerpo de trapo de aquella chica contra la mesa.
-Torres, pásame la manzana del frutero - le pidió mientras estocaba a la chica.
-En seguida - se apresuró por cumplir su orden - aquí tiene - le extendió la manzana - Zoro la tomó y le giñó el ojo a su secretaria.
-Abre la boca - le ordenó a la chica - ella obedeció - muerde - la chica mordió la manzana. Él comenzó a acariciar su clítoris - mantenla allí como la cerda que eres.
-Finalmente algo de silencio - pensó. Suspiró deseando escapar de esa oficina o convertirse en la cerda.
-Decías - desvió su atención a Fabiola.
-Quería confirmar que estuviese de acuerdo que fuese ese día - Mantener una cara inexpresiva era una labor titánica para ella. Moría de ganas por tirar todo al suelo y montar a su jefe como si no hubiese un mañana.
-Tu deberías saberlo, eres la que está a cargo de mi agenda - la miró como si fuese algo obvio y si bien es cierto, necesitaba su confirmación. Se sintió frustrada e impotente, pero él la miraba con atención, como si estudiara todos sus movimientos y expresiones.
ESTÁS LEYENDO
Primeras Impresiones
FanfictionEsta historia es un fanfiction en mundo alternativo del anime One Piece donde los personajes mantienen una vida cotidiana. La historia se enfoca en la relación de Zoro con un personaje original. Ninguno de los personajes me pertenecen, todos son cr...