¿Cómo te atreves?

150 3 0
                                    

-¿Te vas tan pronto? – Una voz gruesa y aterradora que Fabiola solo podía describir como porno hizo su acto de presencia.

-Yonji... – susurró para sí. Temía voltear y enfrentar el rostro del cual había huido por años.

-Voltea, ¿No estás feliz de ver a tu querido novio? – Preguntó con un tono suave y sonoro. El resonar de su voz recorrió cada rincón de su cuerpo, su mente jugó en su contra y comenzó a recordar todas las caricias que le brindó en aquella época, como aquella voz susurraba sus mayores deseos a su oído mientras le brindaba placer.

-¿N-n-novio? – Apretó los dientes y soltó una pequeña risa indignada. - ¿Cómo te atreves? – Volteó apretando los puños y sus ojos se encontraron. Fabiola dejó de respirar al ver a su enmascarado ex novio pero podía ver su mirada oscura a la perfección. Él sonrió y fingió confusión.

-No estuvo bien que desaparecieras de esa forma amor. – Tocó su labio inferior con la punta de su dedo corazón. – Te he eché de menos.

Fabiola tragó en seco, no podía creer lo que escuchaba.

-No soy tu amor y no hay un nosotros – trató de recuperar la compostura. Yonji dibujó una sonrisa en su rostro que reflejaba la confianza que tenía en sí mismo.

-¿Aun no me perdonas cara mia? ¿Después de todos estos años? – Su voz vibraba en su piel, la cercanía se acortaba y Fabiola sentía que sus pies estaban soldados al suelo.

La ira opacó su miedo en el instante que Yonji pronunció aquellas palabras, con solo dos preguntas pisoteó el sufrimiento que padeció desde la ruptura que según Yonji no había sucedido.

-¿Crees que voy a perdonar todo lo que me hiciste? – Su cuerpo temblaba ante los recuerdos que cegaban su juicio. La distancia se acortó lo suficiente para que sus labios pudiesen alcanzar el oído de Fabiola y susurró:

-Disfrutaste cada segundo.

...

5 años atrás.

-¡Déjenme ir! – Fabiola trataba de zafarse del agarre que la aprisionaba.

Una lengua recorrió su cuello hasta llegar a su barbilla, las risas de sus compañeros la ensordecían, sus piernas trataban de liberarse de manos ajenas pateando el aire, sin embargo, no podía medirse con los desgraciados que la apresaban.

-Eso dices pero mira lo mojada que estas – se burló el castaño mostrando los fluidos que se deslizaban entre sus dedos. Sus mejillas se sonrojaron, a pesar de no estar disfrutando en absoluto la situación en la que había terminado, su cuerpo estaba reaccionando ante las caricias de aquéllos extraños y se odiaba por eso.

-¡No puedo esperar! – exclamó uno de los chicos mientras masajeaba su miembro. Ella no podía dejar de temblar.

-Yo tampoco – comentó el chico de cabello negro, arrancó los botones de la blusa de Fabiola exponiendo su pecho – Oh – el chico se rio – con un sostén como ese... es como si esperabas que esto pasara. – El chico comenzó a dejar marcas en su pecho.

Fabiola empezó a sollozar, no encontraba la manera de zafarse de aquellos bastardos y su resistencia fue disminuyendo a medida que la desvestían.

El castaño rio en su oído.

-Buena chica, de nada sirve pelear – mordió su labio y ella se estremeció ante la humedad que invadió su cuerpo. Colocó su virilidad en su húmedo sexo y acarició con la punta el área que penetraría.

-Yonji... - No podía evitar llamarlo con sus pensamientos. - ¿Por qué no estás aquí? – El castaño continuaba destrozando cada rayo de esperanza por entregar su primera vez al chico que tanto le gustaba cada segundo que acariciaba su cuerpo. – Se suponía que nos veríamos aquí... ¿Dónde estás? – Una lágrima rodó por su mejilla. El castaño la penetró sin piedad, ella ahogó un grito. Sangre deslizó la virilidad de su atacante.

Primeras ImpresionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora