El amor es una puta mierda de pesadilla.
Me ahoga pensar en el amor, me estresa pensar en cómo me hace sentir y me desespera no poder salir del mismo.
Odio necesitar tanto un amor que no puedo conseguir, que jamás tuve y que siento que jamás voy a tener.
Mi vida se basa y se construye sobre simientos de las miles frustraciones que conllevo encima de miles de desilusiones y cicatrices que me marcaron.
El amor nunca fue lo mío.
Es tan didicil el amor en estos tiempos que cada vez que lo pienso solo quiero que mi cabeza explote. Miles de preguntas que no puedo responder pero solo suponer un porqué. Odio preguntarme siempre un por qué, porque se que eso no me lleva a ningún lado. En estos tiempos yo no soy una persona querible, mucho menos atractiva. En estos tiempos para que te amen de esa manera tenés que ser todo lo contrario a mi y en el buen sentido. Todo se volvió tan superficial que duele, porque sé que nunca llegaré a eso que se espera como mínimo.
El rechazo es con lo que lidio desde el principio, nunca si pero siempre un no. Y ni hablemos de segundas opciones, la peor de las escenas.
El amor deja mucho daño tanto psíquico como emocional. Así como te construye, te destruye. Sana y duele muchísimo al mismo tiempo.
El amor es como la vida misma.
Ojalá algún día pueda comprenderlo mejor y verlo de otra forma.
Y por eso, todos le tenemos miedo al amor.