"Hace No Mucho Tiempo"

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Abrí mis ojos y una luz cegó mi vista ¿Dónde estoy? Fue lo primero que pensé, una cálida voz interrumpió mis pensamientos.
-Al fin despiertas.
Dijo aquella voz mientras yo tallaba mis ojos, tarde en recordar pero de la nada todo bb no a mi mente y me levante sin pensarlo dos veces.
-¿Dónde está ella? ¿Qué le hicieron?
Pregunté mientras un gigantesco dolor invadía mi cuerpo, observé mi torso y noté como una venda cubría casi por completo aquella parte de mi cuerpo, podría haberme asustado de no ser que mi única importancia era ella.
La chica de voz dulce me sentó en mi camilla.
-Tranquiló, estas en un hospital, fuiste herido.
Dijo la chica rubia que al parecer era una enfermera de aquel dichoso hospital, aunque, mi duda no cesaba ¿Qué le había pasado a los demás?
-Necesito que me digas lo último que recuerdas, y si se puede, como llegaste aquí.
Volvió a decir la enfermera, volteé a verla y asentí, si con eso me ayudaría a saber qué pasó sería mas que suficiente.
-Es una historia larga, espero que tenga tiempo.
Dije mientras me acomodaba en la camilla, volteé a ver a mi alrededor una última vez, por si reconocía a alguien, pero seguía siendo en vano.
-Para eso me pagan.
Dijo la rubia por lo cual asentí una última vez preparándome para comenzar a hablar.
-Shawnie despierta, se te hará tarde.
Dijo la madre del castaño con una dulzura inimaginable, el castaño abrió los ojos dejando notar un color verde el cual cautivaba a todos.
El chico se puso de pie mientras su madre salía, abrió su ventana y se quitó la camiseta de su pijama para ponerse de na camiseta lisa y sobre esta una sudadera rosa pastel, era 3 de Octubre y había una tradición que seguir, se acercó a su cama y sacó una libreta, en esta escribió "Buenos días" con tinta azul, en la ventana de enfrente había una castaña de ojos negros azabache que sostenía un cartel similar, solo que este con las palabras "Es un hermoso día pata que te conviertas en sapo" a lo cual el castaño soltó una risa y al verlo reír la castaña también lo hizo, ambos se pusieron de pie y cerraron las ventanas, Shawn lo hizo Justo después de que ella terminara, tomó su mochila y bajo a la cocina con una sonrisa en el rostro.
-¿Cómo amaneciste príncipe?
Dijo la madre del castaño mientras ponía el plato con panes tostados sobre la mesa.
-Bien, presiento que será un buen día.
Dijo el castaño mientras tomaba uno de los panes y uno de los termos que estaban desde antes en la mesa, se acercó a su madre y le dio un beso en la mejilla para salir rápidamente de su casa, un segundo más y habría perdido todo, o bueno, solo el autobús y la oportunidad de sentarse con su mejor amiga.
-¿Tu madre sabe lo tuyo?
Preguntó la enfermera interrumpiendo la historia.
-Papá lo mantuvo en secreto por años, pero eso no importa, solo, déjame seguir.
Dijo Shawn mientras acomodaba su cabello y proseguía con la historia, aún había mucho por contar.
La castaña ya estaba en el autobús cuando Shawn entró, este se sentó junto a ella y las ruedas comenzaron a girar.
-¿Cómo dormiste?
Preguntó Shawn sin obtener respuesta, al parecer su amiga se había perdido en la ventana.
-¿Annie?
Dijo el castaño mientras empujaba levemente a la contraria, a lo que esta reaccionó.
-Hmm, ¿Qué paso?
Preguntó Annie mirando a Shawn confundida.
-¿Estás bien?
Dijo este un poco preocupado pues no era normal en ella ser así de distraída.
-Si, eso creo.
Contesto Annie justo cuando el autobús se detuvo y todos comenzaron a bajar del Miami incluidos ambos castaños, abajo estaban esperando sus demás amigos, el primero en verse era Mathias pues era el segundo más alto del grupo, el primero era Shawn por tan solo 5cm, después estaban Thomas y Hope quienes medían lo mismo lo cual era algo humillante para Thomas pues Hope era chica, después teníamos a Alex y al final a la pequeña de Quinn quien media tan solo 1'58 y tenia 18 años.
-¡Hey! ¿Qué tal todo?
Preguntó Tom acercándose a Annie, toda la vida había intentado tener algo con ella lo cual enfurecía a Shawn, Hope se acercó al castaño pues eran familiares, los siete entraron a clase pues su suerte era tanta que no estaban juntos, todo parecía ir normal, era un día como cualquier otro aunque parecía que llovería en no mucho tiempo, las nubes se tornaban de un gris oscuro tapando el cielo azul, el salón comenzaba a helarse, el frío era demasiado y muy apenas podían escuchar al maestro con tantos truenos.

Soon You'll Get BetterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora