-¿Esto es importante en la historia?
Volvió a interrumpir la enfermera a lo que Shawn le observó un tanto furioso ¿Interrumpiría siempre? Pensó el castaño.
-Si, demasiado, es el comienzo de todo, ahora, escucha.
Dijo Shawn mientras retomaba la dichosa historia.
Los truenos eran cada vez más fuertes como si cayesen justo sobre la escuela, el profesor comenzó a tener una epilepsia, todos se asustaron, Annie, Tom y Shawn se pusieron de pie rápidamente, la castaña de intento acercar al profesor pero éste se puso de pie primero y le dio la espalda al grupo.
-Señor Pitt ¿Se encuentra bien?
Preguntó Shawn desde su lugar sin obtener respuesta del mencionado.
-¿Quiere que vaya por la enferme...
Estaba diciendo Tom al cual no dejó terminar pues el señor Pitt levantó su cabeza hacia el techo y de su boca salió una mano, dos jóvenes de los asientos de atrás de pusieron de pie al igual que el resto del grupo de amigos de los primeros tres en el levantarse, por la puerta entró un pelirrojo de otro año el cual presenció el acto más asqueroso que verían en su vida, aquella mano terminó siendo un brazo, después la otra mano, la cabeza y cuerpo del señor Pitt comenzó a separarse y romperse justo por la mitad, de el señor Pitt salió un hombre apuesto, llevaba un traje el cual se había manchado un poco de la sangre del anciano muerto.
-Lastima, era mi traje favorito.
Dijo el hombre antes de chasquear los dedos convirtiendo a el resto del grupo que se encontraba sentado en piedra y con un segundo chasquido los hizo explotar para después darse la vuelta mostrando su rostro.
-¿Padre?
Dijo Annie justo antes de que chasqueara los dedos por última vez desapareciendo a los diez incluidos los dos chicos de atrás y el pelirrojo de otro año.
La castaña se había cubierto su rostro con sus brazos en X, cuando quitó estos observó que estaba en una especie de cuarto con una sola puerta y sin techo, la falta de este dejaba a la vista árboles por lo que asumía que se encontraban en medio del bosque.
-¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
Preguntó una voz que sonaba algo lejana a lo que la castaña intentó brincar uno de los muros, pero eran gigantescos incluso en comparación con el tamaño de Shawn.
-¡Hola! Soy Annie.
Dijo la castaña esperando que aquella voz fuera la de uno de sus amigos, aunque por más que lo quisiera no sería así.
-Eres la que dijo "¿Padre?", yo soy el pelirrojo que entró, soy un par de años mayor.
Dijo aquella voz a lo que la castaña dejó de intentar cruzar la pared.
-¿Abriste la puerta?
Dijo nuevamente el pelirrojo, a lo cual la castaña abrió aquella única puerta, topándose con un camino y más paredes las cuales llevaban a más caminos, al parecer de encontraban en una especie de laberinto, pero nadie sabía a donde ir o que hacer, ni siquiera sabía dónde podían estar los demás.
-¿Annie?
Dijo el pelirrojo mientras comenzaba a caminar por el laberinto en busca de algún ser viviente.
-Aquí estoy.
Dijo la castaña mientras examinaba las paredes, sabía que Shawn podría romperlas con tan solo transformar uno de sus brazos en algún fuerte metal.
-¿Cuál es tu nombre?
Preguntó nuevamente la castaña mientras continuaba examinando las paredes, le dio un leve golpe a esta pero era en vano.
-Archie.
Dijo el pelirrojo mientras llegaba a donde estaba la castaña y sonreía levemente dejando un a la vista sus filosos colmillos.
-¿Cómo hiciste eso? Estabas muy lejos y ahora estás aquí.
Preguntó confundida y sorprendida la castaña mientras sobaba su mano por el golpe anterior.
-Dotes de vampiro.
Dijo el pelirrojo mostrando por completo sus colmillos.
-Es cuestión de olfatear sangre, así supe que Lu... tu padre estaba ahí, hubiese llegado antes de no ser que mi año estaba al otro extremo del campus.
Agregó el pelirrojo mientras se recargaba en la pared y observaba a la castaña con un ligero toque de lujuria.
-Entonces puedes encontrar a los demás.
Dijo con algo de emoción la castaña mientras se acercaba al pelirrojo esperando respuesta.
-No si estás así de cerca.
Dijo de manera fría el pelirrojo después de haber rodado los ojos al escucharla, no quería buscar a los demás, lo que quería era poder socializar con la hija de su señor, su Dios, como lo llamarían los mortales.
-Huelo algo, espera.
Dijo el pelirrojo mientras se volteaba y comenzaba a adentrarse a por los caminos, la castaña le seguía, no tan de cerca pero lo hacía.
