Nate nació de improvisto varios días antes de lo que dijeron los medicos ni si quiera se sabía su nombre: Su padre la quería llamar Marta, sin embargo su madre la quería llamar Natalia, como ella. Al final, como es normal, en cabezoneria no le ganaba nadie a su madre y por tener un poco de esencia en el nombre de su padre, en vez de Natalia le pusieron Nate, que es lo mismo pero dicho de otra manera.
A medida que pasaba el tiempo Nate iba creciendo y su cuerpo y sentimientos con ella. Todo iba bien hasta que un día, en 3º E.S.O., conocí ha ese chico. Al principio me pareció un buen amigo, luego un buen chico, y por último empezó ha empezó ha interesarme en el.
-Hola, yo soy Nate, ¿ y tu?
-Yo soy Jack, encantado. -:3-
- ¿De donde eres?- le pregunté interesándome en el -
- Soy de Madrid, ¿y tu?
-Yo soy Granaina
Pasó el tiempo y Nate y Jack estrecharon lazos. Eran muy amigos, casi se leian la mente, tan solo hacia falta una mirada para que se entendieran.
Un dia en el colegio:
-Nate, creo que me ha entrado algo en el ojo, ¿Me ayudas?
-Por supuesto. - :v-
En ese momento, Nate se fijo en los maravillosos ojos verdosos que poseia Jack, esa mirada que la cautivaba y le hacia sonreir, tan solo su presencia, le hacia el ambiente mas calido y confortable
-Nate, ¿hay algo raro? Estas mirandome muy fijamente.
-¿Que? No, no nada, tenias arenilla, ¿Donde te has metido?
-En ningun sitio, mama-dijo bromeando en un tono burlon-
-Jajajajajajja -se rieron a la vez-
Nate paso la tarde pensando en sus cosas, hablando con su mejor amiga, Claudia.
-Nena, te he visto muy junta con Jack -dijo Claudia-
-Siii..., esque es tan guapo...