prolongada búsqueda(R27 week 2019 dia 1 soulmates)

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Otro día transcurría en la vida de un castaño que recorría las calles de la ciudad mirando rostros escuchando charlas analizando gestos con el mismo objetivo que durante las décadas pasadas. Por alguna razón el tiempo le negaba encontrar aquella pieza faltante de su existencia. El collar en su cuello seguía inalterable, el cristal que lo ha acompañado por varias vidas aún se mantenía opaco.

Tsuna llevaba por lo menos tres o cuatro vidas esperando a que recuperara su brillo. No recordaba cuál era su color original tampoco el rostro de quien le había otorgado la calidez y resplandor y estaba seguro de que con cada reencarnación más fragmentos de su memoria se irían desvaneciendo, aun así, no perdía la esperanza de volver a encontrar a quien tenía la otra mitad de su alma. Porque si lo que llevaba años buscando era la quien complementaba su existencia.

Luego de un par de horas de caminata miro el reloj en su muñeca que le indicaba que ya era suficiente por ese día y que debía ingresar a su trabajo. Sin muchos ánimos avanzo hacia la tienda en la que trabajaba. Continuo con su rutina mientras consideraba. Atendió a los clientes, empaco pedidos y repuso mercadería. Había pensado que un mercado era buena opción para conocer personas y que eso le facilitaría encontrar a quien buscaba. Lamentablemente olvido que la clientela era bastante repetitiva en ese rubro. Tal vez ya era tiempo de que saliera de esa ciudad y probara en una nueva zona. Con esa idea en mente empezó a barajar y analizar sus opciones. Estaba pensando muy seriamente en irse no solo de la ciudad tal vez ya era hora de conocer otro país. Pronto solo le quedaban una década antes de cumplir los 35 años lo que significaba que su tiempo se estaba terminando. Si no lograba encontrar pronto a su otra mitad debería esperar otro par de décadas para volver a su búsqueda. Ante esa perspectiva decidió hacer sus maletas y dirigirse a Europa. Asia y África ya no le inspiraban esperanzas. Así había llevado los últimos 10 años. Yendo y viniendo por diferentes localidades. Una de las pocas cosas buenas de no tener familia alguna y una cuenta bancaria bastante abultada era que no debía darle explicaciones a nadie sobre su accionar y los recuerdos de sus vidas pasadas le facilitaban tramites además de recuperar algunos beneficios que había obtenido durante tiempos pasados.

Esa misma tarde Tsuna presentó su renuncia y recibió su liquidación. Fue a su cuarto en aquella vieja casona que había habitado los últimos tres años, armo sus maletas, reviso un mapa y compro el pasaje para el lugar que su intuición le indico. Esa misma noche estaba viajando hacia alguna ciudad de Italia.

Esta vez decidió no depender de un jefe, quería crearse su propia fama y para ello recurrió a uno de los pocos recuerdos que se mantenían intactos. Uno en el que su complemento y el disfrutaban de un momento agradable. Estaban degustando algo que disfrutaban a partes iguales. Le costó un poco definir claramente cuál era ese gusto compartido pero una vez que lo logro decidió sus siguientes pasos. Una pequeña vibración en su colgante le decía que estaba yendo por buen camino. Hizo las gestiones necesarias busco donde alojarse y empezó a levantar lo que pronto seria el pilar de su sustento. Los días se convirtieron en semanas y para cuando al fin logro establecerse adecuadamente ya habían pasado cuatro meses. Con la perspectiva de un buen nuevo comienzo se dejó llevar por Morfeo y dejar descansar su cuerpo, aunque su mente seguiría trabajando.

Para Tsuna era normal que sus recuerdos estuviesen algo revueltos pues ya habían transcurrido varias vidas desde que se encontraron por primera vez con su compañero. En aquella oportunidad no les fue difícil reconocerse, pero lamentablemente en ese tiempo no se les estaba permitido estar juntos No solo por el género compartido, sino que también estaba el hecho de que su campo de estudio había empezado a ser rechazado temido y aborrecido. Por eso habían decidido mantenerse ocultos y para ello se desplazaban constantemente por diversos poblados, aunque sabían que serían descubiertos de un momento a otro trataron de retrasarlo lo más posible. Desafortunadamente en poco más de un año después de su primer encuentro los habían descubierto o mejor sería decir que fueron delatados. Su compañero en un intento de salvarlo se enfrentó a sus cazadores. Esa decisión le había comprado a Tsuna el tiempo suficiente para poder escapar a lo profundo de un bosque donde empezó a completar el ritual que habían iniciado antes de ser descubiertos. Estaban decididos a volver a estar juntos en sus próximas vidas y por eso querían dejar algo que los ayudara reencontrarse. Entre los dos prepararon gemas idénticas no para ser más exactos su pareja con su impecable habilidad y conocimiento logro materializar la esencia y resonancia de sus almas en un cristal. Y a él le tocaba imbuir la vibración que creaban entre los dos además de despertar y fundir las llamas que los identificaban como compañeros de alma.

Solo restaba conjurar las llamas en el cristal y asir dar por concluido el conjuro. Una vez finalizo su tarea el mismo se entregó para ser ejecutado junto a su compañero. Para suerte de la pareja las autoridades no querían arruinar la reputación del pueblo así que decidieron realizar la ejecución en secreto y simultáneamente por lo que Tsuna aprovecho un pequeño descuido de sus verdugos para dividir y trasferir la mitad del cristal a su pareja quien al sentirla entre sus dedos le sonrió satisfecho. Estaban cansados de huir, de esconderse y tener que mirar a sus espaldas por eso eligieron detener su tiempo y volverse a encontrar en las siguientes vidas. Tal vez sus recuerdos los abandonarían, pero la gema que ambos crearon y sus propias almas los reunirían de nuevo esa fue la promesa que en silencio reafirmaron mientras la vida les era arrebatada.

Tsuna despertó agitado y con un largo rastro de lágrimas en el rostro. Otra vez había soñado con aquella vida. Algo que se venía repitiendo muy seguido desde que se mudó a esa ciudad. Inconscientemente llevo su mano hasta el colgante en su cuello, acción que logro serenarlo un poco. Le frustraba el no poder ver el rostro de quien fue y es su pareja. Así como tampoco podía recordar su nombre. No entendía muy bien que era lo que había borrado esos detalles en particular, aunque no eran los únicos que había perdido. Con el paso del tiempo las memorias pasadas iban siendo reemplazadas por periodos más recientes. Siempre que despertaba luego de ese recuerdo se preguntaba si compañero también le recordaría parcialmente, aunque estaba casi seguro de que él debe haber perdido casi todos sus recuerdos. La razón de que el castaño aun tuviese tantas de sus memorias intactas era que su habilidad para leer las llamas del alma lo ha acompañado en cada vida, debilitándose con cada reencarnación sí, pero seguía presente y acompañándole y por ello podía aun leer los recuerdo plasmados en el cristal que colgaba de su cuello. En cambio, su compañero era más dado a las habilidades de materialización y transformación por eso él se encargó de crear el medio mientras que Tsuna fue quien fundió las llamas.

Una vez bien despierto y calmado se aseo y preparo para enfrentar un nuevo día.

Por alguna razón estaba emocionado, sentía que algo bueno pasaría ese día por lo que bajo a su local con una gran sonrisa en el rostro.

Aunque aún no era muy tarde estaba considerando cerrar temprano. Ese día la clientela fue prácticamente inexistente por el gran diluvio que caía. Aun sin perder el buen ánimo se encamino hacia la entrada de su negocio. Fue en esos momentos cuando lo vio a través del gran ventanal junto a la puerta. Lo observo mientras caminaba acercándose hacia la vereda de su local. Tal vez su memoria se había debilitado y le era difícil reconocer rasgos, pero la calidez en el colgante de su cuello le decía que sin duda era el, que al fin lo tenía cerca. Al verlo pudo recordar ese oscuro cabello que a los lados del rostro terminaba en patillas que formaban curiosas espirales. Iba vestido en un ajustado traje negro el cual estaba aún más adherido a su cuerpo por la cantidad de agua que recibía desde el cielo. Lo veía avanzar apurado hasta que presencio como terminaba en el suelo. Recordó lo dañadas que estaban varias de sus baldosas exteriores. Sin demorar mucho tomo un paraguas y se dirigió al azabache. Se sentía un poco culpable por la forma pero no podía desaprovechar la oportunidad de acercársele. No sabía si él le recordaría, pero estaba dispuesto a arriesgarse. Con cuidado se le acerco y lo cubrió del diluvio….

RESONANCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora