Proezas de un muerto

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De nuevo, solo un espectador.

Impotente, cuando debería sonreír.

El deseo de alcanzar la libertad era un pecado ante los ojos del mundo, y aun así la anheló.

Sobre esa pila de cadáveres, había una luz, la cual, se ahogó en el mar de cuerpos.

Simplemente la desesperación lo había consumido como si una vela se apagara.

Pero... había una forma

Sí, de esa forma podía alcanzar la libertad, que él y todos anhelaban.

Podría pasear al campo cuando quisiese, llegar y acostarse en este, como si de su cama se tratase.

Podría levantar la mirada al techo y no mirar esas paredes, sino en cambio, el cielo le sonreiría y brillaría sin temor a ser apagado.

Podría salir a las calles del viejo pueblo y el silencio cantaría para él.

¡Era posible!

Para empezar, no debería ese pueblo existir.

Cenizas de memoriaWhere stories live. Discover now