- No, no y no. Ya hemos hablado esto Roberta, no mezcles las cosas. No te condenaré a una vida así. -
- Quizá valga la pena el sacrificio, si paso una vida eterna contigo. - le respondí mirandolo a los ojos.
El silencio reinó por algunos minutos.
- ¿Estás dispuesta a salir? - interrumpió él, mientras se paraba.
- Si, eso creo ¿porqué? - pregunté curiosa ante su propuesta.
- Saldremos. Vístete, te esperaré afuera. - dijo antes de salir del cuarto.
Yo seguí su orden, y me vestí lo más rápido posible... aunque sinceramente, desconocía el destino de este repentino paseo.
Salí fuera de la casa, y allí me esperaba él. Me subí a la moto, que por cierto no tenía ni idea que poseía esta, y sin dar palabra alguna durante todo el viaje me dejé llevar por él hacia donde fuera el rumbo..
La situación me empezó a preocupar cuando ya tomamos un camino más rocoso... subiendo una montaña. Estuve a unos segundos de preguntarle donde nos encontrábamos, pero la moto se detuvo.
Caminamos unos pasos, y nos refugiamos en la sombra de unos árboles, la vista y el clima eran realmente hermosos...
- Recuerdo cuando Cristian me trajo hasta acá... y me explicó todo sobre los demonios, ya que gracias a él, iba a ser parte de ellos. - dijo él con nostalgia.
- Oh... - hize una pausa - Entonces... ¿el te convirtió?. -
- Cuando aún era cuerdo, sí. -
Luego de unos minutos sin hablar, y nada más admirar el paisaje, interrumpió.
- Perdón por haberme entrometido en tu vida, de tal forma. -
- Al principio, me causaste una gran molestia, eh. - reí - pero, más me eh aprendido a adaptar a tí. No sé que haría sin tí Diego - dije en un aspecto más serio.
Así pasamos admirando el paisaje unos minutos, luego él me contó mucho más sobre los demonios, su vida anterior, entre otras cosas.
La noche ya se acercaba, y el clima obscurecía... era definitivamente hora de irse, pero el demonio se había ido en un abrir y cerrar de ojos, por lo que sin preámbulo me decidí ir sola en un taxi.
Llegué a mi casa agotada, y lo primero que hice fue buscar a Diego, pero no encontré nada más que una nota sobre la mesa, que decía 'Gracias por todo Roberta'... era obvio que esa era la despedida.
Me largué a llorar como una estúpida al sofá.Así me quedé hasta el día siguiente, me desperté a las 10.00 am. pues, hoy no pensaba ir al instituto temprano.
Me traté de levantar para al menos comer algo, a pesar de lo decaida que estaba por la ida repentina de Diego, aunque sabía que quería lo mejor para mí.. y quería cuidarme de ese tal 'Cristian'... pero una nueva preocupación nació en mí: los dolores.
Al tratar de levantarme, el dolor en mi estómago se me hizo infrenable, por lo que me acurruqué en el sofá en posición fetal. Levanté mi playera y miré mi estómago, el que ahora se encontraba sin el vendaje desde mi secuestro, pero ahora estaba morado.
En ese instante, sentí una puntalada al intentar tocarme dicha parte, y como mis manos se volvían cada vez más heladas ¿Qué me estaba ocurriendo?.⚠Últimos Capitulos⚠
ESTÁS LEYENDO
Saboreando El Peligro Vondy || Terminada
Paranormal"La gran pelea entre seguir a la realidad, o al corazón"