∆2∆

31 7 1
                                    

Chizuru se levantó estrepitosamente debido al insistente sonido de las notificaciones que recibía su teléfono. Con ojos medio abiertos, encendió la pantalla de este y lo desbloqueó; después de leer los mensajes pegó un brinco y empezó a correr nerviosamente en círculos, adentro de su habitación.

Optó por llamar a Atsuki para darle las apresuradas noticias.

HOLA, BUENOS DÍAS, A LEVANTAR—La voz somnolienta de Atsuki lo interrumpió.

¿Se puede saber qué haces llamándome a las siete de la mañana...?

Atsuki, sé que es temprano pero por favor escucha —su tono de voz pasó de alarmado a más relajado— el jefe me acaba de mandar como diez mensajes diciéndome que el jefe del jefe le había dicho que tenían planificado un viaje a Okinawa para nosotros y los chicos de Arlequin; ya que debíamos presentarnos a primeras horas de la mañana en la disquera para discutir los detalles, es decir, en una hora.—Finalizó, tomando aliento de lo rápido que habló.

Hubo una pausa repleta de suspiros por parte del chico.

De acuerdo, trataré de vestirme rápido. Tú haz lo mismo y avísale a los demás...—suspiró de nuevo—..hay que ir entre todos a levantar a Yutori.—Tras decir esto, colgó.

Chizuru de inmediato llamó a Taku y a Minpha informándoles acerca de la situación, incluyendo lo de Yutori. 

Procedió a prepararse para salir.

—¿Alguien me puede aclarar por qué tengo que ser el transporte de la banda?—Kuruto dijo con algo de sarcasmo, mientras que Aki, Nao, Shohei y Tamon se montaban en su vehículo. Los cuatro habían estado esperando por él en frente de una farmacia, que quedaba no muy lejos de sus casas.

—Kuruto, no seas así, ¿es que no te gusta estar con nosotros?—Nao preguntó, haciéndolo reflexionar un poco.

—No es eso...pero en serio llevarlos y traerlos cansa después de un tiempo. —Comentó, soltando un suspiro. Acto seguido, arrancó.

—A penas nos has llevado unas cuantas veces en el pasado y—El tono de llamada de su celular lo interrumpió. Miró a la pantalla—. ¿Chizuru?—deslizó hacia la derecha para atender— Hola, Chizuru. 

Hola Aki, buenos días—Se le oía molesto—. Sólo te llamaba para decirte que llegaremos algo tarde—gritos y bulla se oía en el fondo de la llamada—..debido a algunas inconveniencias. Por favor hazle saber al jefe del jefe, ¿de acuerdo?

Claro, lo haré. ¿Pero qué pasó?—La curiosidad se apoderó de Aki.

No tengo tiempo de explicar ahora, lo siento. Te veo allá.—Chizuru colgó de repente.

—Al parecer los de Pentagon llegarán tarde...—Aki guardó su celular en el bolsillo de sus pantalones.

—Bueno, qué se le puede hacer. Apresurémonos.—Kuruto estableció, cambiado de actitud.

—¿Podrías por favor intentar los guturales de nuevo?—Atsuki insistía, desesperado.

Los cuatro chicos se encontraban adentro de la habitación de Yutori: Taku se mantenía de pie a su cama, observándolo con rabia. Minpha estaba sentado en una esquinita del cuarto ya sin esperanzas. Atsuki estaba al lado de Chizuru, quien estaba parado en frente de la cama.

—Si quiero destrozar mi garganta, entonces lo haré.—Chizuru respondió con sarcasmo.

¿Cuál era la situación, se preguntarán?

Yutori no se despertaba con nada. Roncaba y dormía plácidamente como un bebé, acurrucado en su cobija.

Taku le gritó en los oídos repetidas veces, pero no funcionó. Minpha sacudió la cama hasta más no poder, y fracasó. Atsuki le quitó la cobija, pero no sirvió. Finalmente, Chizuru había estado tratando de levantarlo haciendo uno que otro gutural por diez minutos, pero era en vano.

Nada funcionaba.

¡Yutori no se levantaba!

—Ya no puedo más—Taku comentó, frustrado—. Voy a traer agua helada y echársela en la ca—Atsuki lo interrumpió.

—NO LE VAS A HACER ESO A YUTORI.—Impuso, tomando un paso adelante y frunciendo el ceño. Desafortunadamente para él, Taku fue más rápido y corrió hasta la cocina antes de que pudiera atraparlo.

—Atsuki, trata de relajarte,—Chizuru colocó su mano en su hombro—no queremos llegar más tarde de lo que ya vamos, ¿no es así?—Le sonrió.

—Lo que digas.—Miró hacia otro lado.

—¡Prepárate, Yutori!—Taku anunció de una manera emocionada mientras que entraba a la recámara con dos vasos llenos de agua helada. Antes de que ninguno pudiera decir algo, virtió el contenido de los vasos directamente en el rostro de Yutori.

—¡WE ARE THE PARTY PEOPLE!—Yutori se levantó de un brinco y pronunció estas palabras. Miró a su alrededor, parecía confundido—. Estaba soñando que cantaba Crazy Tribe y vienen ustedes a despertarme, qué agua fiestas.—Hizo puchero.

No se molestó en lo absoluto..—Chizuru pensó, con alivio.

—¡Anda a vestirte que ya vamos tarde
por tu culpa!—Taku le lanzó de repente prendas de ropa en la cara. Lo levantó a la fuerza y lo echó de su propio cuarto.

—Taku, me las pagarás...—Atsuki refunfuñó con un tono de voz bajo.

—Shohei, te lo voy avisando, ni se te ocurra buscar pelea con Yutori cuando lleguen.—Kuruto le advirtió, mientras que los cinco chicos se dirigían a la entrada del edificio.

—¿En serio me crees capaz de—Nao interrumpió sus palabras de defensa.

—Sí, Shohei. Te creemos muy capaz.—Replicó con un tono juguetón pero serio.

A penas entraron a la estrcutura, su jefe los recibió con tazas de té verde heladas, acompañadas de unos cuantos onigiris de salmón.

—Agradecemos el gesto jefe, pero...¿no cree que hace bastante frío aquí como para que las tazas de té también lo esté?—Comentó Aki tras recibir los bocadillos.

—Eh, bueno, afuera está muy caluroso y pensé que los preferirían así.—El hombre respondió, avergonzándose un poco.

—No les haga caso jefe, ¡yo creo que así está perfecto!—Shohei se tomó la bebida de un sólo trago y empezó a comer el onigiri.

—Claro, tú lo dices porque te podría meter en un congelador industrial y dirías que la temperatura está bien.—Kuruto dijo con un tono sarcástico, sentándose en uno de los muebles presentes en la sala.

—Bueno, cambiando el tema de conversación...—el jefe hizo una pausa—...el señor ya debe de estar llengando. Vayamos a la sala de conferencias.—Sugirió.

Sin algún comentario de más, los chicos terminaron de comer y subieron al segundo piso, donde se encontraba la dichosa sala de conferencias.

—¡YUTORI, YA DEJA DE GRITAR POR LA VENTANA!—Chizuru le ordenó fuertemente desde el asiento de copiloto.

—¡voY A VER A AKI, VOY A VER A AKI!—El pelirrojo exclamaba fuertemente, por la ventana abierta del vehículo. Todos los transeúntes se le quedaban viendo.

—Yutori, por favor, no dejes que arruine tu bello rostro por cerrar la ventana...—Atsuki dijo, preocupado no sólo por el chico, pero por el regaño que recibirían los cinco por parte de su jefe cuando llegaran a la disquera.

Perdidos en Estados Unidos⎢アルルカン (Alrequin)、ペンタゴん (Pentagon)⎢Where stories live. Discover now