Decimoséptima flecha

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-Oye Dongpyo, ¿me das un besito? -Hyeonjun intentó bromear, sentándose a su costado algo sudado.

-Eso nunca pasó -El pequeño cuerpecito de Dongpyo se volteó en dirección a la puerta, aún sentado en el suelo.

Las cosas no marchaban bien para casi nadie desde que volvieron del agradable paseo.

Yohan había desaparecido por toda la noche y regresado a la mañana siguiente, ofreciendo disculpas por su comportamiento a Han y a sus compañeros. Exceptuando a una personita.

Junho se la pasaba encerrado en su cuarto llorando e intentando ser levantado por Song y Kang, quienes aprendieron a hacer trucos de magia para él. Auque no haya servido de mucho.

-Tienes novio, estúpido -Susurró- Sé que es una jodida broma, pero lo puede malinterpretar.

Tampoco era como si las cosas le fueran bien a él. Seungwoo, por alguna extraña razón, no le hablaba o dirigía mirada alguna. Estaban teniendo malos momentos, y lo entendía, no clamaría por una atención que desde un principio supo que no era suya, menos cuando ahora no era prioridad.

Observó a la pareja de su amigo, quien hace momentos había intentado sacarle una sonrisa, encontrándose con un Dohyon muy feliz entre sus dos padres.

-Se ve feliz, ¿verdad? -Hyeonjun sonreía- Terminamos el día de la cita.

La voz del chico sonó bajita y firme, suficientemente sospechosa para que Son volteara y le mirara entre incrédulo y enojado.

-¿Qué sucedió? -Muy contrariada a su mirada, la voz con la dejó fluir las palabras salieron suaves y calmadas, con su característico tono bajo y un poco ronco.

-Nada realmente, está interesado en otra persona.

-¿Y tú estás bien? -Sus ojos se empañaron con preocupación, y el contrario quiso arrancarse varios rulos.

Los insultos hacia Dongpyo no habían cesado desde el debut o antes, y ahora fueron ascendiendo a tal punto que hasta algunas mismas fans intentaban atacarlo. No lo veía sonreír con frecuencia y por eso la causa de sus bromas.

Dongpyo estaba mal, pero de todas maneras estaba mirándole, entregándose completamente para escucharlo a él...

-Sí -Mintió- Detrás de su altura y todo eso, sigue teniendo la mentalidad de un niño, está confundido, supongo.

El mayor se dedicó a escucharle y asentir, sin molestarse en verificar su moví.

-¿Sabes quién le interesa? -Alzó una ceja, entendía que no toda la culpa era del maknae, pero Hyeonjun no podía ser tan desafortunado en el mismo tema.

-Sí, lo sospechaba desde hace unos días.

El más alto se levantó, dando a entender que no daría más detalles.

Tenían aún unos minutos de descanso, tal vez debería practicar aún así.

Observó a la mayoría en el lugar. No estaban ensayando realmente, algunos habían ido con la intención de mejorar en sus partes y él se les había unido. Terminando bailando varias coreografías masculinas, para su suerte.

La familia ChoNamGyul hablaba animada, desde que pudieron descargarse de esa molesta tensión, andaban como hadas felices, revoloteando por los prados. Luego solo estaban él, Hyeonjun y Yohan.

Prefería usar su móvil que hablar con el centro cuando Kim enfocó su mirada hacia a él.

Jaló de su bolsillo el aparato para desbloquearlo. Lo primero que le apareció fueron los mensajes de su madre y algunos de sus redes sociales como grupo.

-Mamá... -Al compás que sus ojos avanzaban por los mensajes, luchaba por retener las lágrimas. ¿Cómo su madre siempre lograba hacerle sentir querido pese a sus errores?

Él debía dejar de hundirse a sí mismo y a sus compañeros. Deslizó el dedo por una de las últimas fotos que había publicado y los comentarios de odio intentaban camuflarse por una escritura formal. Intentó enfocarse en los bonitos, o en su mayoría los que tenían emojis. Habían distintos comentarios en varios idiomas, pudo reconocerlos coml inglés, latino, coreano, y... ¿Turco?

Gracias a su comprensión para con el inglés, pudo descifrar algunas palabras de un comentario muy largo que llamó su atención. Con cada frase su corazón se sintió cálido.

¿One it lo apoyaba a pesar de haberles fallado?

Las gotitas saladas recorrieron sus mejillas, cayendo en su polera. Al percatarse de ello, Seungyoun llegó a su lado de manera cautelosa. Si bien ni él ni Hangyul sabían del problema en sus citas, Cho juraría que la razón del llanto de Dongpyo no tenía que ver con ello, así que dejando momentáneamente a su familia, abrazó al más pequeño para darle palmaditas en su espalda.

El grito lastimero que soltó fue suficiente para que todos entendieran que necesitaba espacio, empezando por despejar el lugar. No era fácil, todos lo sabían.

A Seungyoun se le partía el alma cada que las pequeñas manitos de su amigo se aferraban a su camisa buscando consuelo. Tal vez no era el mejor en esas cosas, también era muy sensible. Él tenía a Hangyul para llorar casa que lo necesitaba, le aterraba que Dongpyo no sintiera que tenía a alguien.

Eran días sin abrumadores, donde tal vez todos los programas con la palabra "idol" se iban colocando en su agenda.

Donde tal vez las lesiones y desmayos se hayan convertido en su descanso.

Donde todos parecían separarse y odiarse.

Pero eran una familia, y eso le bastaba para saber que nadie caería.

-Está bien -Sintió su hombro mojarse- Ya que estamos aquí.

Cupyo [ Seungpyo ] [ X1 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora