El timbre sonó,ya eran las 3:00 de la tarde, fuí el primero en salir de la clase y caminaba por los pasillos a pie ligero, no quería encontrarme con nadie y que nadie se parara a hablar conmigo, claro que eso no sucederia tan facilmente porque parece ser que nadie se preocupa por mi, y si acaso solo me hablaran para decirme algún insulto o bromear, pues mis gustos son diferentes a los de las demás personas que rondan por aquí, y ser diferente en el instituto tiene sus complicaciones.
Llegué a mi apartamento, deseando de almorzar y de coger un poco el ordenador, ya que estaba hambriento y cansado porque había sido un dia aburrido de instituto, bueno..en verdad todos los dias de insti son aburridos y a ese aburrimiento no se puede acostumbrar nadie, o al menos eso creo yo. Después de almorzar como he mencionado me apresuré y encendí el ordenador, tenía ganas de continuar la serie que estaba siguiendo pues me quedé en un capitulo en la que se volvia mas interesante y adictiva para mi. Pasé la tarde entera con el ordenador, ya eran las 9:18 y el tiempo había pasado muy rápido, ni siquiera me había dado cuenta de que había anochecido asta que mire la hora porque siempre suelo tener las persianas de mi habitación completamente bajadas y está practicamente a oscuras, era debido a mi estado de animo, pues así me sentia..desolado..y por eso decidi adaptar mi entorno acorde con mis sentimientos. Me eché hacia atrás para acomodarme en la cama y me acordé de que tenia tareas pendientes del instituto y que también tenia que estudiar ya que en dos dias tenia un examen importante de física, pero pasé de hacerlo pues estaba desganado. Ya eran las 10:00 y mi madre llegó, mientras ella preparaba la cena fuí a darme una ducha. Después de ducharme me miré fijamente al espejo, al ser un adolescente es normal preocuparse aunque sea un poco por tu físico, sobretodo si tienes 15 años, que era la edad que tenía antes de que ocurriera aquel suceso que me cambiaría, pero yo no me veia nada atractivo y eso me frustraba aún mas, ¿sera por eso que las chicas se ríen de mi y no quieren acercarse para hablar conmigo o tener alguna conversación amistosa?. Dejando aquellos pensamientos deprimentes aparte, salí del cuarto de baño y me dirigí al salon donde mi madre y mi hermano ya habían cenado. Al acabar de cenar me entro muchísimo sueño y me fuí directamente a la cama, me acomodé, cerré los ojos y en cuestión de minutos habría caido en un sueño profundo.
Pasaron los días, estabamos a 26 de noviembre, solamente faltaban dos días para que ocurriera el incidente que cambiaría mi vida por completo.