—Quiero los dos por favor—apuntó hacia las figuras que tanto había anhelado —. Pagaré en efectivo.
—Son 110 dólares —. La amable chica puso ambas cajas en una bolsa, recibió el pago y le otorgó sus nuevos artículos para su colección.
—Muchas gracias, espero que venda mucho hoy —hizo una corta reverencia y se retiró con una sonrisa satisfecha.
Se alejaron de la tienda, Phichit iba con él y es que su amigo también pretendía comprar algunas cosas antes de que se abriese el evento para aquellos que tienen entrada VIP.
La DetroitComic era un evento nerd bastante concurrido que se celebraba una vez al año. No llegaba a ser tan espectacular ni esperado como la ComiCon (cuyas entradas aun no estaban a la venta), pero era bastante masivo, aunque más enfocado en un público aficionado a los comics, videojuegos y similares que al anime.
De todas formas siempre había mucho público otaku y variado en general, al final todos compartían el mismo espacio y entorno social en aquellos eventos, Yuuri sentía que se encontraba extrañamente unido a esa comunidad y es que al ver a tanta gente con los mismo gustos que él lo reconfortaba.
Habían llegado a las 09:00 AM a montar su stand. Al pertenecer a un grupo de fans de Star Wars, tanto Yuuri como Phichit les correspondía montar el puesto de colección que ofrecían, además del sector donde harían las demostraciones de lucha de espada láser y donde recaudarían fondos ofreciendo fotos para aquellos que se animasen a disfrazarse de Jedi o de alguna vestimenta de aquel universo.
Yuuri era el secretario del club, mientras que Phichit era el encargado de marketing y difusión, un cargo que se tomaba muy a pecho y que significaba tenerlo todo el día dando vueltas para todas partes con su cámara, algunas veces llegando a colmar la paciencia del pacifico presidente del club: Guang Hong.
Apenas estuvo montado el stand, tuvo permiso para ir a pasear un poco con Phichit y comprar sus preciados nendoroid de Voltron. La verdad es que con todo el ajetreo de la mañana no había podido permitirse sentirse demasiado ansioso, pero ahora el nerviosismo volvía a atenazar su estómago y este iba ligado por completo a una sola persona: Vitya.
Yuuri no podía estar más impaciente y temeroso a la vez por conocerlo. Le había costado toda una noche de dormir y despertara a cada rato para convencerse de que Vitya no podía ser Víctor Nikiforov (porque sería demasiado bueno para ser verdad), y aunque el lograr eso le había traído cierta paz, lo cierto era que seguía nervioso por conocer a su amigo cibernético.
—¿A qué hora empezamos con la venta de fotos? —preguntó Phichit, distrayéndolo de sus ansiosos pensamientos.
—Apenas abran a todo el público —contestó, observando con interés una figura de Gandalf el blanco sobre un puesto de El señor de los anillos.
—Insisto en que debí ponerme el traje de Stormtrooper para atraer más gente, la última vez se llenó gracias a mis pasos de baile.
—Debemos dejarlo para las fotos, así las personas tienen más opciones y podemos reunir más fondos—suspiró, apartando la mirada de la figura. Era demasiado cara y los nendoroid ya lo habían dejado un poco ajustados, no podía permitirse más gastos fuertes —. Además, la última vez se llenó porque estabas haciendo el ridículo, no recaudamos tanto dinero.
—¡Pero dupliqué mis seguidores en Instagram debido a eso! —Phichit le mostró la pantalla de su celular, mostrando la aplicación —. Hacer el ridículo solo es un paso más para la fama.
—En ese caso cómprate tu propio traje y hace brake dance como stormtrooper con tu propio dinero —sugirió Yuuri encogiéndose de hombros.
YOU ARE READING
Otaku lover
FanfictionYuuri adora su rutina casi tanto como adora ver anime. Cada día después de trabajar se conecta a una plataforma online a jugar y pasa horas conversando con un agradable chico. Víctor odia su trabajo de día, lo único que lo mantiene a flote es su seg...