no regrets ; hemmings

capítulo uno.

Echo mi cabeza hacia atrás, en el asiento del coche y la giro mirando por la ventanilla, no quiero contemplar el rostro del chico rubio que se encuentra a mi lado.

Calum me hace ir hasta su casa para realizar el trabajo de historia, y luego ni se digna a llevarme a casa. Preferiría a un moreno borde y frío, antes de que Luke Hemmings se hubiese ofrecido voluntariamente a llevarme a casa.

Miro el reloj con impaciencia, esperando llegar en cuanto antes a casa.

¿Cuánto puede durar el viaje? Si no tenemos en cuenta el tráfico acumulado ante nosotros, yo diría que aproximadamente unos quince minutos. Pero los vehículos y la mirada azul y penetrante del chico, triplica mi tiempo y paciencia.

"We are young" de Fun está sonando en la radio e intento tararear la letra en un tono inaudible para el chico que hay a mi lado. No quiero sentir otra vez la sensación desagradable de sus ojos permanentes en mí.

Cuando la canción acaba, el volumen de la radio baja notablemente y me siento observada de nuevo. Mi cabeza se mueve, mirando en su dirección, el idiota está mirando con una sonrisa prepotente en su rostro y, sin querer admitirlo, terriblemente atractiva.

-¿Qué quieres?-pregunto y vuelvo a mirar el tráfico con la esperanza de que, mágicamente, desaparezca.

Al parecer, la magia no existe.

-Nada-dice y suelta un suspiro-Si la única oportunidad de volver a hablar contigo es atrapados en medio del tráfico, te aviso, voy a aprovecharlo.

En un movimiento ágil su mano está sobre la mía y sus dedos largos recorriendo los míos, entrelazando nuestros dedos con fuerza. Intento zafarme de su agarre pero eso no sirve de nada.

Ignoro su acto de acercamiento y vuelvo a mirar a través del cristal, contemplando el cielo.

-¿No vas a decir nada?-su tono es tranquilo y para nada molesto, algo que me sorprende viniendo de Luke.

Dirijo una mirada blanca directamente a sus ojos.

-Tuviste la oportunidad de aprovechar un buen momento hace mucho tiempo, la pena es que nada de ello fue verdad-digo arrepintiéndome de mis últimas palabras.

Luke mira por la ventana con una expresión rara...¿Disgusto? ¿Enfado? ¿Desilusión? No estoy del todo segura.

Y cuando creo que el chico frío aceptaría mis peticiones para que me deje en paz, él vuelve a mirar en mi dirección con una sonrisa vacía y con un toque sarcástico.

-Pareces el tipo de persona que tropieza dos veces con la misma piedra-dice volviendo al tráfico y avanzando unos metros, esta vez con su mandíbula tensada.

-Estás tan equivocado-digo con una expresión burlona.

-Te lo demostraré, nena-dice y me encojo cuando él me vuelve a llamar así.

-Pero yo no quiero que me demuestres nada-digo tan bajo, que suena como un susurro.

Vuelve a mirarme y hay un deje de sorpresa en su mirada. De seguido, mira nuestras manos y fortifica su agarre sobre ellas.

No respondo y le contemplo acercarse lentamente hasta besar suavemente mi mano dejando la sensación del metal frío del aro que perfora su labio.

Luke conduce con nuestras manos entrelazadas una vez que el tráfico comienza a despejarse.

Instintivamente quiero darle indicaciones, pero me acuerdo de que sabe el camino muy bien, y no es lo único que recuerdo. Miro por la ventana lateral evitando que vea la lágrima que se está deslizando por mi mejilla.