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JUEVES 22 DE NOVIEMBRE, 2018.

17:45 PM

─Hueona pero sí este número está acá, no entiendo como este otro llegó acá─escuché que me dijo la Martina. Asentí ida y seguí respondiéndole los mensajes al Felipe─. ¡Suelta esa hueá!

Con su gritó me sobresalté y bloqueé altiro mi celular.

─Ya... ya, perdón─miré el cuaderno con los ejercicios─. Sigamos.

─No. Hasta que me digaí con quién cresta te pelai─entrecerró sus ojos mirándome fijamente─. Y no me digai con nadie, porque haz estado todos estos días pegá en el celular.

─¡Con nadie!─me apresuré a decir. Obviamente diciéndole la verdad, yo no me pelaba con nadie.

Bueno, puede que sí... pero ni tanto.

─Mentirosa─se acostó en la cama─. Dime o me rindo con matemáticas.

─Ah... sí yo igual me rendí con la hueá, me va a ir como el hoyo─suspiré cerrando el cuaderno y dejándolo en el piso. Me acosté a su lado.

─Ya pero igual dime─rodé los ojos. Que insistente la Martinita.

─No me estoy pelando, pero ahora estaba hablando con un hueón de conce─le conté mientras miraba el techo de mi pieza─. Es amigo de mi primo, me siguió el otro día y empezamos a hablar. Se llama Felipe.

─¡Uy, uy! Si caché un comentario en tu foto de un tal Felipe ¡Uy, uy!─me huebeó empujandome suave con su mano─. Pero hueona vive a la chucha, ni se te ocurra engancharte.

Solté una carcajada y la miré raro.

Que es hueona, ¿cómo me voy a enganchar de alguien que vive tan lejos?

Nunca tan pava po.

─No, ni cagando.

O eso creía.

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