POV Jimin
Camino por las oscuras calles de este pueblo con una impotencia extrema, me siento sólo, abandonado...sin motivos.
Mi novio me dejó, así, sin más. Sin una pizca de preocupación me soltó al abismo para que corriera en mi propia suerte.
Me senté en unos de los bancos que hay en la plaza pública del pueblo, eran las 11:30pm. Por lo visto aquí pasaré la noche, no conozco a más nadie aquí. Busqué en mi bulto mi celular y me di cuenta que no tengo batería...que suerte la mía, ¿no?
Decido recostarme a descansar un rato en el duro asiento...me pongo a pensar en todo lo que ha pasado en tan poco tiempo, en como la vida me ha dado duro hasta dejarme en la calle. Mis lágrimas caen de imprevisto, con ellas desahogando todo el enojo y dolor que llevo dentro...hasta quedarme dormido.
De repente me levanto con en corazón en la boca cuando siento unas manos taparme la boca y escucho una voz diciendo que no haga ruido. Por todo el miedo que corre por mi cuerpo decido hacerle caso, no quiero coger ningún riesgo y que el precio sea mi vida.
No conozco a esta persona, y tengo mucho miedo. Demasiado miedo.
-Tienes un cuerpo hermoso, Bombón.- dice aquel hombre mientras toca mórbidamente mi cuerpo, estoy empezando a sentir asco de mi mismo...empiezo a llorar de forma agitada. -¿Cómo te llamas?-
Quita sus manos de mi boca esperando mi respuesta.-Por favor no me hagas daño, por favor- digo en forma de súplica a esta persona.
-Oh, pero si no quieres que te haga daño, ¿por qué estás sólo en una plaza a estas horas de la noche?- Me dice mientras en su rostro hay una sonrisa burlona. Comienza a reír mientras me arrastra a la parte de atrás de un edificio cerca.
-Por favor, ¡no! Te lo suplico, no me hagas daño, ¡por fa- mis palabras son interrumpidas por una fuerte cachetada recibida por el hombre.
-Cállate pendejo, no me hagas el trabajo más difícil, ¿quieres?- dice mientras me tira al suelo. Lo veo desabotonarse los pantalones y mientras observa mi cuerpo como una presa fácil.
-¡Yoongi! ¡Yoongi! ¡Ayúdame por favor!- grito con todas mis fuerzas.
-¡Que te calles perra!- me da un fuerte puño en la cara que me desorienta y cuando vuelvo a mirarlo, veo que tiene una pequeña cuchilla en su mano.
-¡No! Por favor, ¡no me mates!- grito de forma desgarradora.
Pero el hombre hizo caso omiso a mis súplicas...alzó la cuchilla y me hizo un doloroso corte en la misma mejilla donde me había golpeado anteriormente. Grito por el dolor que siento, nunca había sentido un dolor igual, nunca me había sentido tan sólo.
Siempre tuve a Yoongi a mi lado, ahora no tengo nada.
A pesar del dolor, decido quedarme callado por mi propio bien, y dejo que el hombre haga de mí lo que quiera. Me bajó los pantalones junto con mi ropa interior y me toma de una manera tan asquerosa y violenta. Pero me quedo callado, pensando en nada y a la vez en todo.