HeeSook. Esa muchacha la cual YoonGi cuida con su alma, porque es el fruto de amor entre él y JiMin.
La primera vez que sintió miedo fue cuando JiMin le contó que estaba embarazado. Al principio fue todo complicado y confuso, pero al quinto mes, cuando fueron a la consulta mensual, se llevaron la grata sorpresa de que su fruto de amor iba a ser una bella niña.
Ninguno de los dos estaba capacitado para cuidar a un bebé, YoonGi con su trabajo en la notaria como abogado, y JiMin trabajando en la estación de policías, en el área de homicidios, así quedando ambos con sus horarios a full, sin nada de tiempo para poder criar a un recién nacido.
Con el tiempo tuvieron que asimilar que no eran solo dos, si no que la familia se agrandaba y ahora eran tres.
Lo que más les dolió a ambos fue reducir sus horas de trabajo de una manera considerablemente grande. El que sufrió más en ese cambio fue JiMin, ya que no podía perseguir criminales como a él le gustaba, teniendo que hacer solo aburrido papeleo.
El día del parto quedó grabada en las retinas de cada uno, siendo vista de manera distinta. Ese día en especifico, YoonGi había tenido que viajar a Incheon por un caso muy en particular, y a la mitad del juicio una llamada alteró a todos, ya que YoonGi había caído de bruces al suelo después de recibir la noticia de que su pequeña estaba en camino. JiMin tampoco lo pasó bien ese día, ya que rompió fuente justo después de que unos papeles importantes se le cayeran al suelo y su jefe lo regañara, además ninguno de sus compañeros se dignó a ayudarlo, teniendo que llamar a su mejor amigo, TaeHyung, para que lo llevara al hospital, perdiendo su empleo de camino.
Cuando HeeSook cumplió diez años, su pequeña familia se desmoronó, JiMin había sufrido una herida de bala en el pecho muriendo instantáneamente. YoonGi no lo podía creer, le habían arrebatado al amor de su vida de una forma injusta. Le costó dos meses a YoonGi para poder decirle a su hija el por que de la desaparición de su padre, y cuando la niña preguntaba solo le respondía con un vago “Papá se fue a un viaje de trabajo, porque está combatiendo el mal” y la niña respondía con un “¿Papi es un superhéroe?” haciendo llorar a YoonGi de la peor manera posible.
El rendimiento de su trabajo fue disminuyendo y con ello las ganas de seguir adelante, no fue hasta que un día encontró a HeeSook llorando en su habitación con una foto de JiMin entre sus brazos.
“—¿Por qué lloras, pequeña?–”
“—E-es que, extraño a p-papi–”
YoonGi se sienta al lado de su hija y la abraza fuertemente, sintiendo sus mejillas empaparse.
“—Yo también lo extraño, pero juntos saldremos adelante, t-te lo prometo–”
“—¿Y p-papi?–”
“—Papi está aquí– YoonGi señala el pecho de HeeSook, justo donde se encuentra su corazón —Y aquí estará siempre–”
“—Te quiero, papá–”
“—Yo también te quiero, pulga–”
Desde ese día ambos cambiaron su rutina, cambiaron la monotonía que los acechaba. Una mudanza los ataca tiempo después, dejando atrás el doloroso recuerdo de JiMin, dando paso a la sanación y la aceptación de aquel que fue padre y amante, ejemplo y amor, aquel que estuvo en las buenas y malas.
Cerrando la puerta, YoonGi agarra la mano de su hija y pone vuelo a la nueva vida que le espera, una donde tal vez JiMin no esté, pero siempre tendrá el amor incondicional de su pequeña hija.