Invierno; la estación donde la temperatura baja, el frío cala en los huesos si no te abrigas bien, donde buscas un lugar cálido, donde la nieve cae sobre el suelo; cubrindola de blanco como si de una manta se tratara. Dando tranquilidad y paz. Gracias a la gran ventana que hay en la sala puedo mirar como el sol se esconde por el horizonte para darle paso a la luna llena. A pesar de estar en un pequeño departamento, con una ventana abirta y una simple camisa cubrindo mi piel; no siento frío.
—Porque sé que estás junto a mí
Me levanto del sillón y voy a la cosina, saco dos tazas y las lleno de café caliente. Con una taza en cada una de mis manos y dando pequeños saltos por lo frío del suelo llego al sillón y me sinto en él, coloco una taza frente a mí y la otra al lado de esta. Cruzo mis piernas y tomo el libro que está junto a mí. Abro el libro justo donde un pedazo de papel mal cortado, arrugado y algo amarilla, por el tiempo que se ha conservado, tiene la frase "Te odio. Te odio tanto, demasiado" de un lado y "Yo te odio mucho más" sobre el otro.
—Realmente te gusta este libro ¿cierto? Después de todo le hemos estado dando significado a sus palabras vacías juntos.
"Te salvare del dolor y tú me salvaras del olvido. Ahora que esto queda en claro; es hora de despedirnos" leí en voz alta para que me pudiera escuchar. Antes de que pudiera continuar el viento sopló y con la ventada abirta todo el viento y su característica temperatura gélida entraron e inundaran el departamento por completo. Volteo mi vista y veo las cortinas moviéndose como si de plumas se tratarán; volando en un mundo helado y hermoso. Un pequeño copo de nieve entra y lo sigo con la vista para después terminar en la nariz de mi compañero para el final derretirse en esta.
—Tu presencia es tan cálida que incluso puede derretir un copo de nieve en medio de un departamento helado.
El viento vuelve a soplar y el pequeño trozo de papel que estaba en el libro salió volando por todo el lugar. Me levante de inmediato, pero antes de que fuera por él, llegó a mí. Abrí mi mano y la puse frente a mi pecho y el trozo de papel cayó en ella. Parece que sabe quien es su dueño y por eso volvió a mí. Volteó mi vista a mi compañero y su característica sonrisa burlona se formo en su rostro. Me vuelvo a sentar sobre el sillón con las piernas cruzadas y tomo la taza de café que está frente a mí. Tomo un sorbo, tomo otro y en el tercero mi lengua se quema. Puse la taza sobre la mesa de café, saqué mi lengua y eché aire con mis manos. Miré a mi compañero y la sonrisa que estaba en su rostro se hizo más grande. Sus ojos reflejan diversión y algo más que no logro desifrar. Sé que ocurre algo, pero me niego a preguntar porque me da miedo de que sea algo que odiaria oír. Sólo ignorare sus señales y seguiré como lo he hecho este último mes.
—El día que te conocí tenías esa misma expresión. Pensándolo bien, también era invierno y estaba tomando café. Ja, realmente lo recuerdo, lo recuerdo muy bien, puede pasar otros tres años y aún así lo recordaré. Todo lo que hemos vivido en estos últimos tres años también lo recuerdo y lo recordaré siempre.
Realmente lo haré, lo recordaré.
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Recordar es volver a vivir.
RomanceAbril y Rubén son dos enemigos amistosos que llevan un poco más de tres años en conocerse. Durante el tiempo que llevan conociéndose an vivido muchas aventuras divertidas y an aprendido grandes lecciones juntos. Pero durante los últimos meses Rubén...