|°Capítulo 17°|

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La camioneta partió, el menor estaba entrando en calor lentamente pero tan fuerte que los dolores empezaban a hacer que quejidos de necesidad salieran sin poder callarlos, el alfa tratando de controlarse para no perder el tiempo, no podían darse ese lujo, menos con la manada de los Kim a punto de entrar. No iba a dejar que ese alfa si quiera oliera el celo de su omega, eso jamás.

Por otro lado, Bo Young ya había empezado a poner más orden y checar a conciencia su plan, era perfecto, casi como el que su hermano haría, los alfas más fuertes estaban en primera base, ellos eran tan poderosos que ni con cinco de la manada de Kim derribaría a uno de los suyos, la segunda base estaban unos betas que eran igual de buenos, pero su fuerte era la agilidad en arcos, los cuales llevaran sedantes, lo que menos querían era matar lobos, no ahora que la comunidad se había resumido a solo cinco manadas.

Los omegas estaban bajo llave en los sótanos del instituto, todas las comodidades y habían sido dotados de supresores de olor para que así no llegaran a ellos, siempre hay que conservar a los omegas en perfecto estado.

Los alfas aprendices estaban igual, pero en una sección diferente, eran muy jóvenes y no tenían conocimientos suficientes para enfrentar a lobos de unos 30 años más que ellos, no aún.








Los dolores en su pecho eran más intensos, podía sentir como su lobo sufría, sabia la razón, pero se negaba a aceptar su error, mas su cuerpo y todo su ser pedía a su omega, el que había sido hecho para él, solo para él y otro alfa le había tomado como si tuviera derecho, estaba molesto y necesitado, pero pensaba que marcando al omega que de verdad él quería todo acabaría.

Podía sentir el olor de alfas, sabía que estaban preparados y eso le hizo dudar un poco, nadie jamás había salido vivo de una revuelta contra los Park, ellos eran los lobos más viejos y el alfa líder era un jodido alfa que podría hasta someter a un alfa poderoso, era el más poderoso, el mataba a todo aquel que atentara contra su manada, y si él sabía que su intención era ir a por su omega no dudaría en dejar otra manada extinta.

Él sabía que la mayoría de su manda estaba en contra de ese plan suicida, pero el estaba cegado por su obsesión a ese lindo y feroz omega, ese omega que desde que era apenas un cachorro le había conquistado, le recuerda matando un conejo, un omega feral, de esos que años atrás habían dejado de nacer.

Le encanto.






Taehyung sonrió y comió, el pastel frente a él, el primer bocado le supo a gloria, el alfa le miro y sus mejillas se tiñeron.

—¡Deja de verme! —grito tapando sus mejillas que se habían coloreado, el alfa rio y le robo un beso suave en sus labios, uno que no dejo de ser meramente tierno y con suaves roces.

—No puedo, eres lo más hermoso que hay en existencia —susurro en el oído del menor, quien le dio con su puño, más el golpe más bien le causo risa.

Taehyung sonrió, Hoseok era un alfa del que todos debían tomar ejemplo, era tan bueno, atento, tierno, guapo, sexi, protector, territorial, calmado, y sin duda sería un buen padre.

Y en ese momento el agradeció ser rechazado por Namjoon además de echado de la manda porque sabía que, aunque el moreno era su mate jamás seria ni la mitad de feliz con él. El agradecía todo lo malo que paso, porque sin duda jamás sería tan feliz que justo como lo era, en brazos de Hoseok.

Porque sin duda él amaba a el alfa más de lo que amo a su mate, porque no había límite en su amor por el mayor. Y solo esperaba la llegada del doctor para saber cuántos cachorros iba a tener.

Wolves (Jikook) |Omegaverse| [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora