Exᴛʀᴀ: ᴜɴᴏs ᴘᴏᴄᴏs ᴀɴ̃ᴏs ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s

853 130 15
                                    

    Tarareaba una canción alegremente mientras movía sus caderas al ritmo de la canción mientras cocinaba, bueno, solo hacia un simple desayuno para su "Esposo", entre comillas porque en Japón no estaba legalizado el matrimonio gay, pero eso no evitó que, su novio de dos años, se le haya propuesto igualmente, obvio, aceptó entre lágrimas y balbuseos.

    Carcajea al recordar su "ceremonia", tal cual como lo hacían de niños, uno de sus amigos era el "cura" (Kasamatsu, usando la bata de Midorima robada), otro era "el niño de las flores" (Kise corriendo por todos lados tirando los pétalos), y los padrinos (Tetsuya, Midorima, Himuro y Takao). Todo fue un lindo desastre en el patio de la mansión Akashi.

    Aún se sorprendió cuando el peliceleste, de algún modo, se atrajo por su compañero de trabajo (Kagami) y ahora están de novios, cosas de la vida que solo pasan, ¿No?

    ¡Ho, si! ¡Su luna de miel!

    Al terminar la "ceremonia" ambos viajaron a Londres, París y México, Seijuro tal vez era el más emocionado, pues podría estar con su, ahora, esposo a solas, pues sus amigos, sin previo aviso, siempre caían en su casa e interrumpían sus preciosos momentos juntos.

    Kouki aún se preguntaba cómo es que su relación avanzó tan rápido, pues, al año de hacerse novios, decidieron vivir juntos, y un año después se "casaron", no le molestaba, es más, en cada propuesta  que el pelirrojo le hacía para avanzar su relación un paso más, su corazón saltaba de felicidad, por más mínima que sea, pues amaba a aquel pelirrojo.

    Bueno, tal vez tuvieron un inicio un poco raro, aquel "chico guapo" (fue lo primero que pensó al verlo) llorando de felicidad en su antiguo empleo, lo asustó un poco, no sabía qué hacer, por más que el pelirrojo le dijera que estaba bien, sentía esa necesidad, ese instinto de querer abrazarlo y consolarlo, de decirlo que todo está bien.

    Luego de eso, el pelirrojo se convirtió en un cliente regular, iba cada vez que podía y dejó de sumergirse tanto en el trabajo para poder hacerlo, de alguna forme le aliviaba, pues Tetsuya le había dicho que el pelirrojo siempre se sobre esforzaba y nunca le dedicaba tiempo a si mismo.

    Aún recuerda bien la mayoría de conversaciones que tuvo con él, pues Seijuro solo pedía ser atendido por Kouki.

    "— ¿P-por qué me llama por mí nombre de pila, Akashi-san?

    — Tu pides llamarme Seijuro, Kouki

    — ¡No me refería a eso!"

    Mira con nostalgia su anillo y sonríe emocionado, aún no podía creer que hasta se habían casado. Había tenido novios, si, pero ninguno quería una relación seria con él, Seijuro fue el primero...

    Seijuro en verdad se había esforzado para acercarse a él, siempre le recordaba lo bonito que se veía (a pesar de estar usando siempre el uniforme del bar) y sacaba conversaciones, hasta a veces le ayudaba con la tarea, bueno, no es que Kouki llevase su carpeta y se pusieran a hacer su tarea, pero cada que decía que algo no entendía, el pelirrojo, de alguna forma, se lo explicaba con palabras tan simple que entendía todo mucho mejor de lo que le enseñaban en la universidad.

    Tres meses después de constantes visitas del pelirrojo en el bar, aceptó salir con él, y no pudo haber tenido mejor decisión, Seijuro era tan atento con él. Moría de ternura al verlo tan nervioso a cada rato cuando preguntaba si estaba disfrutando de la cita.

    Obvio, respondía con una radiante sonrisa que sí...

    Colocó los platos sobre la mesa, y justo cuando estaba por fijarse si su esposo ya se había levantado para desayunar, siente un perezoso peso sobre su espalda y unas blanquecinas manos llenas de ganas de tocarlo recorrer su pecho. Los labios de Seijuro viajaron desde su nuca hasta llegar a su cuello, dando besitos y olfateando el aroma del jabón.

Vᴏʟᴠᴇʀ ᴀ ᴠᴇʀᴛᴇ... ᵃᵏᵃᶠᵘʳⁱ~ᵒⁿᵉˢʰᵒᵗDonde viven las historias. Descúbrelo ahora