Forever

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Lagrimas amargas corrían por sus mejillas. El dolor y la angustia maquillaban sus oscuros ojos.

-¿Qué soy para ti, Nico? -Su acompañante susurro suavemente. Miro hacia arriba, encontrándose con unos bonitos ojos verde mar.

Cerró sus ojos con fuerza, el corazón se le encogió por un segundo. Empujó sus puños cerrados contra el pecho del otro, intentando alejarse, pero las manos en su cintura se lo impidieron.

-Mi mejor amigo, por supuesto, Percy. -Las palabras sabían tan amargas en su boca. Había tanto que quería decir, y, sin embargo, tan poco que podía dejar salir si quería evitar romperse... de nuevo.

Lo escucha sollozar, y quiere cegar su alma solo para no saberse razón de su dolor. Pero no puede, sin importar cuanto le duela, porque ésto se les ha salido de las manos, y debe ser Nico el lo detenga o puede asegurar que nunca terminará, y ambos seguirán sufriendo. 

-¿Por qué me haces esto, Nico? ¿Por qué me dejas ahora? -Percy parece estarle suplicando con la mirada, y él debe mirar hacia otro lado. ¿Por qué? Nico se pregunta lo mismo. ¿Por qué esperamos hasta el momento en que nuestro dolor fuera tan grande como nuestro amor? ¿Por qué, de entre todos, debía fijarme en ti? Pero prefiere guardar silencio.

-Porque te amo. Por eso es que me voy. 

Percy juntó sus frentes, parecía tan desolado, tan temeroso, como un pequeño cervatillo en medio de la manada de lobos. -Si me amas, no me dejes. Si me amas tanto como yo te amo, Nico, quédate conmigo, por favor. -Nico negó suavemente. A veces el amor no era suficiente. A veces simplemente tienes que hacer lo que crees correcto. -Nico... -Percy gimoteó bajito. Un nudo se le atoró en la garganta, se le escapaba la voz, temía decir algo más y desmoronarse. -No me dejes, te lo suplico, no me dejes. 

-Busca a alguien más... -Si, definitivamente Percy moriría por un corazón roto -...tal vez esa bonita chica rubia, Annabeth, se nota que te quiere mucho y estoy seguro de que te cuidará muy bien. Con el tiempo aprenderás a amarla.

Rió con ironía. -¿Crees que podría amar a alguien que no seas tu? No me importa si esa Anniebell me quiere o no. Lo único que me importa es que tú te quedes conmigo y jamás me dejes.

Nico sonrío dulcemente y negó con la cabeza, como harías con un niño que no entiende que, sin importar cuanto le gusten sus juguetes, llegó la hora de dormir y debe decir adiós. Levantó su mano derecha hasta su mejilla y dejó suaves caricias allí. -Se que me amas y se que te amo. Pero también se otras dos cosas. La primera, es que estando a tu lado, solo nos hacemos daño, que si no es hoy, será mañana. La segunda, Percy, me deja en claro que, si me voy ahora, o cualquier día, o nunca, tal vez tus memorias aún me guarden, pero tu corazón no, tu corazón me dejará ir lenta y gradualmente porque él entenderá antes que incluso tu mismo, que nuestra relación no tiene futuro. No hay un porvenir para nosotros, solo un duro camino lleno de dolor y sufrimiento...

-¡Pero también habrá amor! -Se apresura a exclamar Percy, queriendo retrasar lo inevitable.

-¿De qué sirve el amor, Percy...? -Nico ríe -¿De qué sirve, si termina por evaporarse tarde o temprano? ¿De qué sirve el amor, si no llega a ser más grande qué el dolor en nuestros corazones? ¿De qué sirve, más que para oscurecer nuestras almas? Dime...

-Podríamos ser diferentes, podríamos triunfar en donde otros fracasaron, podríamos se los únicos, los enamorados eternos, los juntos por siempre. 

Nico sonrió, triste. -No debes hacer promesas que no podrás cumplir. -Se acercó lentamente, sus suspiros entremezclándose, sus ojos perdiéndose en los otros. Ninguno supo quien de los dos cerró la brecha entre ambos, pero en cuanto pasó, se sintió como el beso más amargo de todos, tan suave, tan extraño, tan a "adiós para siempre" y tan poco a "hasta luego".  

Había tanto que decir, y tan poco tiempo para decirlo. Había tantas mentiras, tantas traiciones, tantas inseguridades, que el tiempo no les alcanzaba para sanarse el uno al otro.

Nico tomó las manos del otro y las alejó de su cuerpo. Percy dejó caer sus brazos a los lados de su cuerpo, resignándose, era definitivo.

Percy lo observó girarse, tomar sus maletas y salir de la habitación. "Se feliz", fue lo ultimo que escuchó salir de sus labios antes de cerrar la puerta y desaparecer para siempre de su vida y de aquel departamento que alguna vez le perteneció a ambos. ¿Cómo? Se preguntó Percy, ¿Cómo es que puedes ser tan ingrato de pedirme eso cuando me estás dejando? Pero a pesar de todo se prometió que lo haría, por él, solo por él.

Pero, a veces, hay para siempres en forma de promesas, que están destinados a ser rotos. Corazones destinados a encontrarse y no olvidarse jamás. Amores que jamás se dejan atrás, que te marcan para toda la vida. Caminos lleno de oscuridad, pero con una gran recompensa al final. Tal vez, Percy y Nico se den cuenta algún día. 

GoodBye Forever [Percico O.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora