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Desperté en la cama de Jacob, instintivamente llevé una de mis manos a mi lado para comprobar si él estaba ahí, pero estaba equivocada.

Probablemente estaría con Bella y los Cullen, decidí darme una ducha y cambiarme con ropa cómoda, aún quedaban cosas por planear para cuando llegara Victoria y los neófitos. Con todo lo que pasó la noche anterior, olvidamos decirle a Sam, seguramente Jacob ya se lo habría dicho antes de llegar con Swan.

Hice el desayuno para Billy, pues yo no tenía hambre y también le dejé una pequeña nota deseándole suerte en el día de hoy.

Salí y comencé a caminar lentamente, quería disfrutar el olor a bosque, hacía mucho que no iba a La Push y necesitaba un descanso, quizá podría recordarle la idea a Jacob sobre ir con los chicos.

No me transformo, pues he olvidado (de nuevo) traer ropa de repuesto.

Seguí caminando y el característico olor de Jacob y Edward me inundó las fosas nasales, solo era cuestión de seguirlo y no tardaría en dar con ellos.

—¿Qué hacen?—pregunto al llegar a un punto en concreto, dónde el olor de los chicos era más intenso.

Artemis, Edward, Jacob y Bella eran los únicos que se encontraban ahí. El Cullen tenía una cara de querer matar al hombre lobo mientras que el otro estaba con una sonrisa de satisfacción total en su rostro.

—Tenemos que camuflar el olor de la humana.—dijo Artemis y no tardó en rodar los ojos, asegurándose de que Edward la mirara.—Lo están haciendo todo más complicado, podría maldecirla para que su olor fuera nulo.—bufó mientras se cruzaba de brazos.

Jacob tenía a Bella cargada, y la chica tenía una cara socarrona que iba dirigida a mi. Le devolví la sonrisa mientras le levantaba el dedo de enmedio, lo cual hizo que Jake me fulminara con su mirada, sin embargo, no me importó.

—Hola, June.—susurró Isabella Swan con una falsa voz suave, demasiado fingida para mi gusto.

No pude evitar torcer mis labios en una mueca, ¿Qué tan horrible debía ser su voz para tener que fingirla? No quería averiguarlo, su sola presencia me hacía querer vomitar, y si yo la estaba pasando mal, no quería ni imaginarme cómo se estaría sintiendo Artemis.

Sin que Jacob se diera cuenta, Bella alzó el mismo dedo que yo en mi dirección y volvió a sonreír de una manera cínica.

Si supiera lo que hice con Jacob hace unas horas no estaría así, ganas de contarle no me faltaban, pero tenía que ser prudente.

—Puede existir una falla en tu hechizo.—se defiende Edward, eso molesta a Artemis, quien frunce su ceño.—Solo quiero asegurarme. No seguirán el olor a perro mojado.—explica mientras se acerca a Bella y le deja un casto beso en la frente, lo cual hace que ella cierre los ojos y Artemis chille.

—¡Tengo muchos más años que tu, y ¿Crees que no voy a practicar mi magia en todo ese tiempo?!—exclama con molestia.—Sigues siendo un imbécil, Anthony.

—No. Me. Llames. Así.—habló entre dientes el de ojos de oro. No pude evitar reír y al parecer la rubia se contagió de mi risa.

Edward me miró mal para luego hacerlo con Artemis, pero ella lo ignoró.

—Llévala, Jacob.—sentencia el vampiro.

—Vamos.—susurró Bella en su oído y gruñí.

—¿No podían pedirle ese favor a Seth? Estoy segura de que aceptaría sin problemas.—digo mientras me cruzo de brazos.

Edward niega.

Por alguna razón me sentía celosa. La estúpida humana estaba en los brazos de mi chico y no podía hacer nada para evitarlo, pero no era para tanto, ¿No?

Jacob comenzó a caminar hacia el bosque, en ningún momento me miró o dirigió la palabra, pero no dije nada, quizá aún no sabía que decirme después de lo de anoche.

—Tengo que irme.—digo con enfado y los vampiros asienten.

Me largo de ese lugar y llego a la casa de Emily, dónde se encontraban los demás chicos, Seth y Leah son los primeros que me reciben. La chica me pone una manta sobre el cuerpo al ver que no he traído ropa.

—Tenemos que hablar.—dice Leah y toma mi brazo con delicadeza para luego salir al bosque.

Caminamos y nos adentramos más al bosque, al parecer no quería que nadie escuchara nuestra conversación. Estaba confundida.

—En la mañana Jacob fue a desayunar con los chicos, ahí estaba yo, en la casa de Emily.—me explica.

Asiento con algo de duda.

—¿Cuál es el problema?—pregunto.

—Los escuché hablar, Jake dijo que a pesar de estar imprimado de ti no podía olvidar a Bella. Es... bueno, según Seth, cuando está contigo no siente el vacío que Bella le deja en el pecho, pero sigue pensando en ella.—dice.

La miro con incredulidad. No, no puede ser cierto, acabamos de... hacerlo.

—No, Leah, quizá escuchaste mal.—dije mientras caminaba de vuelta a casa de Emily.

La chica me tomó del brazo.

—Por favor, June, te estoy diciendo la verdad.—su voz sonaba desesperada.

Me enfadé con ella y me solté de su agarre bruscamente. No iba a seguir escuchándola.

—¿Sabes? Iba a contarte algo genial, pero creo que en realidad ya no quieres escucharlo, no estás feliz por mi, Jake me quiere, lo sé.—dije mientras me marchaba.

Pude escuchar como maldecía por lo bajo y suspiraba cada cuánto.

Jake no sería capaz de hacer algo así. Lo que pasó debió haber significado algo, estoy segura.

Ese día decidí faltar al entrenamiento con los Cullen a pesar de que faltaban solo tres días para que los neófitos llegasen.

Necesitaba tiempo. ¿Y si Leah tenía razón? No, definitivamente tengo que significar algo para Jacob.

Estoy segura.

In My Thoughts.|Jacob BlackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora