3- Chocolate y vainilla.

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Nathan

Las clases volvieron, aunque solo durante 2 horas mas, y aun no podía olvidar eso, a aquella idiota, ya había dado mi primer beso, pero esto fue diferente, sus labios tenían un ligero sabor a chocolate, y desprendía un hipnotizante olor a vainilla, si esto no fuera la maldita escuela hubiese besado cada jodido centímetro de su cuerpo.

Realmente debo estar loco, ella tiene quince años y tengo que poner los pies en la tierra, apenas llevo un par de horas conociéndola, y no diría algo como amor a primera vista, si no odio.

F: Nathan... ¿Nathan? Nathan la maestra te habla... ¡Nathan!

M: Señorita Fatima, ¿Puede evitar los gritos? Joven Nathan, ¿Esta con nosotros?

N: Ah... Si profesora, lo siento...

M: No importa, sigamos con la clase.

Vaya maldito primer día que lleve, pero por fin sonó la maldita campana, todos salimos a mucha prisa fuera del salón, yo tenia un gran motivo, verla.

Sarah

S: Chicas... El timbre, hablemos aquí...

L: Tranquilas, hoy todas a mi casa, a las 2, aquí nos pueden escuchar.

I: Okey, aguanten.

Todas salimos a paso lento, había miedo en todas, era obvio, era campo libre, mas para mi, camine algo rápido a la salida, tenia miedo de ver a Nathan, como lo había hecho en su tiempo, me fui a mi casa caminando, pero en una calle algo oscura sentí a alguien detrás de mi, habían dos opciones, Nathan o un criminal; me detuve en seco y gire... Nathan.

S: ¿Por qué me sigues?

N: Me volviste loco en unas cuantas horas.

S: ¿Lo siento? -Su mirada era algo amenazante, por lo que retrocedí lentamente.

N: Miedo... ¿A mi? ¿Por qué Sarah?

Esto no saldría bien, corrí un par de metros lejos de el, pero me alcanzo. Tomo mi cintura y me empujo contra una pared.

S: ¿Qué carajo tienes con las paredes?... -No respondió, solo me sonrío y beso.

Sentía como sus manos comenzaban a bajar, de mi cintura a mis caderas y aun mas abajo, no lo aparte, tenía miedo de lo que podía pasar si lo intentaba; de repente mordió muy fuerte mi labio, era una sensación nueva, y dolió un poco, así que un pequeño grito salio de mi boca.

N: Saben a chocolate... -Comenzó a acariciar mis labios con su dedo. -¿A que sabe tu piel?

De un momento a otro sus labios se encontraban dando besos a mi cuello, todo era tan extraño, nunca en mi vida sentí cosas así, al parecer no solo yo estaba desesperada, el igual, solo que distintas causas.

El ambiente a nuestro alrededor estaba lleno de suspiros, pero volví en si y lo aleje un poco.

S: Nath... Esto no esta bien...

N: Ahh... Ya habrá tiempo. -Tomo mis mejillas y me beso tiernamente. -Ten cuidado volviendo a tu casa vainilla.

Y se fue, en definitiva iba a enloquecer si esto no era un sueño, que es la opción mas probable, corrí a casa para no levantar sospechas, todo se sentía como en aquel tiempo, mis padres eran amables, les comente sobre ir a casa de Lucy, y aceptaron, así que fui a ducharme y vestirme, el tiempo paso rápido, así que salí en dirección a su casa.

Camine a paso acelerado, solo por si acaso, al llegar ya estaban las tres esperándome, hablamos toda la tarde sobre lo ocurrido, y como lo esperaba, lo mio fue lo mas extraño y fuerte, salimos un rato a la plaza y seguimos hablando, a lo lejos vimos a Nathan y sus amigos, por lo que corriendo volvimos a su casa, ellas querían cuidarme, pues no confiaban en de lo que era capaz, pero realmente todo esto era mi culpa, yo lo provoque.

Terminamos caminando por el patio de su casa mientras llovía, algo realmente lindo y tierno, me gustaba mucho mas este presente.

Tu Pasado Será Nuestro Futuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora