Tercera Parte.

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Prince levantó su mirada trémula y centelleante, observó al menor que al observarlo también pareció imitar de inmediato aquel estado de conmoción podría decirse

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Prince levantó su mirada trémula y centelleante, observó al menor que al observarlo también pareció imitar de inmediato aquel estado de conmoción podría decirse...

–Di-dilo otra vez... -

– ¿Qué?-

–Dilo...-

– ¿Me iré a ca-casa?-

–Idiota... Lo anterior...-

– ¿A-así tra-trata a Su-su hombre?

Preguntó mucho más que confundido JungKook, entonces el pelinegro, cerró sus ojos y sonrió y su cuerpo se sintió algo flojo de repente.

–Ha-ha sonado de-demasiado genial de tus labios...-

JungKook abrió sus ojos nuevamente en demasía y aprovechando la distracción y languidez del mayor, tiró nuevamente de su muñeca en pos de querer "Recuperarla" y con ello a propósito también arrastró al mayor, logrando que quedara frente a sus ojos una vez más con una distancia casi mínima entre sus labios...

Sus miradas, ambas, iban de un lado a otro, de arriba hacia abajo y descansaban un buen rato en sus ojos nuevamente...

– ¿Hyung...? -

–Di-dilo otra vez... -

–So-soy tu hombre... -

–Diablos sí, sí lo eres. -

Gimió prácticamente el mayor para atacar sin más demora los labios del menor, quien se sorprendió ante aquel repentino ataque, pero rápidamente se recuperó, afianzó sus manos en la cintura estrecha ajena como dos prensas y cerrando sus ojos, liberó aquel aire que había estado reteniendo sin notarlo y prácticamente devoró al mayor, quien nuevamente gimió gustoso dentro de su boca.

JungKook sintió como nunca aquellas mariposas en su estómago de una manera tan intensa que hasta se aproximaba a la sensación de náuseas, pero no era por asco o algo por el estilo, todo lo contrario, en verdad estaba disfrutando aquello. El castaño atrajo más al ajeno contra su cuerpo si es que era posible y cuando las manos de SeokJin fueron a su cabello y cuello, JungKook en verdad se sintió perder. Se entregó por completo a la pasión, al anhelo, deseo, euforia, éxtasis, que le provocaba estar besando al mayor finalmente, como tanto había soñado en sus más pasionales fantasía, sin alcohol de por medio, sin mentiras piadosas, solo ellos y su increíble pasión, su libido.

Aquel beso pasional y lento, poco a poco fue tomando ferocidad y hambre, sus movimientos eran cada vez más rápidos, se separaban por segundos y se volvían a besar hambrientos por el otro, los chasquidos de sus lenguas y labios uniéndose, sus respiraciones más que agitadas, y el crujir de las ropas revueltas eran los únicos sonidos que los envolvían, pues al televisor lo habían ignorado por completo.

–Di-dime que... Soy tu amor. -

Profirió SeokJin agitado, con dificultades, y tal vez cruzando una línea demasiado pronto, pero en esos momentos tampoco pensaba demasiado lo que decía...

Susúrrame. [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora