Capítulo II

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Una vez más tu autoestima se encuentra baja. Bueno; yo solo vengo a recordarte nuevamente algo.
Posiblemente te acuerdes de aquella vez que disfrutaste tanto un día con tu mejor amigo (a) en donde te aseguro tienes quizá muchísimas fotos y no forzosamente en un celular, sino en tu mente, las carcajadas se escuchan en tu mente, y puedes sentir nuevamente esa bonita sensación en tu estómago porque para ese entonces no existía nada más, eran solo tú y el (ella) platicando sobre lo que han vivido separados, compartiendo anécdotas y derrotas.
Bueno ¿por qué no sentirte así nuevamente? ¿Algo te lo impide?
Déjame decirte que si ese algo que impide que tengas un día maravilloso es el no poder respirar adelante; pero mírate, estás completo, tienes vida. Lo único que te hace falta para continuar es estar vivo, lo demás es complemento. Quizá a estas horas te encuentres solo, pero la soledad es algo relativo. Porque mientras te tengas a ti. Eres invencible.
Cuidate ama cada parte de tu cuerpo, quizá no seas como él (ella) pero déjame decirte, ¿Qué tiene él (ella) que no tengas tú? Ambos sea quien sea tiene un corazón que late a cada segundo, un par de ojos que disfrutan de cada atardecer y amanecer, una nariz que percibe el aroma de momentos increíbles, una boca para besar y entregar todo, para saborear lo que más te gusta, un par de manos que erizan millones de poros en la piel, tienes dos piernas con las que puedes explorar el mundo. Quizá tengas lo mismo que él (ella) en distintas proporciones pero eso es tu esencia. El ser tú. Te hace a ti un ser único, irrepetible.
Por favor no dejes que una mala situación absorba tu energía. Demuestra ser aún más fuerte que la situación, no te dejes caer, no sabes si estás a unos centímetros de llegar a la final, no sabes si será la última ves que darás todo, porque ya has llegado a tu objetivo.
No importa si para sentirte bien tienes que quedarle mal a todo el mundo; porque ahora tú eres tú mundo.
Cuida de ti cómo lo has hecho con personas que no valoraron tu compañía. Invierte ese amor que te sobra en ti.
¿Qué pasa cuando tú estás bien?
Bueno, todo está bien, todo fluye, todo se acomoda en torno a ti, todo va de una manera positiva, porque el sentirte bien es verte bien. Incluso para una enfermedad. Si llevas tú enfermedad con positividad, solo será pasajera, incluso se hará menos sintomática.
Otra cosa. Recuerda que no está mal estar mal, de ves en cuando. Solo que no sea diario y todo un día.
Termina tu día de la mejor manera y agradece a ti cada minuto que disfrutaste, incluso cada momento que te afectó.
Procura levantarte todas las mañanas, por una razón, y que mejor si esa razón es verte a espejo y sentirte conforme contigo.

¡No desistas; persiste!

365 Días Para QuererteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora