Adrien/Chat Noir
Las clases transcurrieron con normalidad, por supuesto, una falsa normalidad. Aquel sentimiento de intranquilidad se había clavado en mi pecho demorando toda pequeña ilusión de olvidar aquella pesadilla. Porque, ¿cómo hacerlo? Si había sido tan real, duradera e impactante que todos mis sentidos lograron desaparecer.
Simplemente no concebía la idea de pasar por una situación similar a esa, no con Marinette. ¿Cómo soportaría el dolor si aquello pasara? Si apenas tuve fuerzas para gesticular palabras cuando la noticia de la desaparición de su madre llegó a mis oídos.
—"¿Adrien, que sucede?"— pregunta, la azabache a mi lado.
Por un momento, sentí la necesidad de abrirme ante ella, responderle con una sinceridad enorme, pero no podía, asustarla estaba dentro de una lista negra para mi. —"Tranquila, estoy bien."— mentí. Mentí como si hubiese estado bien, como si luego de aquella notable evasión a la respuesta todos esos oscuros sentimientos se irían.
—"No me mientas, Adrien."— apresuró a responder con cierta delicadeza común en ella. —"Estás así desde la lucha contra ese akuma."— aseguró, tomando las llaves de la parte trasera de su hogar.
Forcejeando, entramos.
Las cadenas aún seguían a nuestras muñecas, parecía que deseaban estar ahí, quedarse atascadas mientras compartíamos nuestras vidas. Lamentablemente, el estar unidos por esposas antiguas no era exclusivamente beneficioso, era complicado llevar vidas normales y combatir los akumas sin salir heridos o llevarnos más de un golpe inútil.
—"¿Sabes?"— hablé, a medio sonreír. —"Deberíamos buscar a quien las pueda cortar."— moví mi muñeca haciendo resonar las metálicas y entrelazadas cadenas.
Busqué sus ojos rápidamente, estaban apagados, pedían a gritos una explicación para aquel repentino comentario que acababa de salir de mi boca. Lo sabía, pero, ¿cómo le explicaba sin mencionar todo? —"No podemos luchar contra los akumas como antes y ellos se hacen más fuertes, podemos salir heridos."— excusé, repartiendo un agarre a la mano ajena cerca de la suya.
—"Si, si crees que es lo mejor."— murmuró, ciertamente decepcionada ante la idea de volver a alejarse mutuamente. Volver a la aburrida y monótona cotidianidad, hablarse de vez en cuando y olvidar que algo pudo suceder entre ellos. Aunque eso no era lo que Adrien deseaba, en absoluto, mucho menos Marinette.
El camino arriba por las escaleras fue tenso, Marinette había dejado escapar más de un suspiro agobiante, a lo que solo había podido responder con miradas preocupadas que eran esquivadas a tal punto de desesperarme. Debía explicarle, de alguna forma.
—"¿Tienes hambre?"— preguntó la ojiazul, expulsándome de mis pensamientos con aquella decaída mirada.
—"No, realmente."— aseguré, apretando mis labios. Él hambre aún no había tocado mi puerta, para ser honesto una vez en lo que iba de la mañana, necesitaba una siesta. —"Estoy algo cansado."— escupí, elevando mi vista hacia la compuerta que daba a la rosa habitación.
—"Si, yo también."— aseguró, ella siguiendo mis ojos.
Entre pasos y tirones llegamos a la habitación, haciendo el mayor esfuerzo para despojarnos de nuestro calzado antes de comenzar la travesía escaleras arriba hasta la cama de la azabache.
—"¿Hice algo que pudiera molestarte?"— preguntó, Marinette sin tomar en cuenta mis ojos ya cerrados.
—"¡No, por supuesto que no!"— contesté, abriéndoles nuevamente.
—"¿Y por qué?"— interrogó, mientras yo estaba siendo incapaz de resolver la pregunta.
—"¿Por qué?"— repetí incrédulo.
—"Adrien, ¿por qué estás tan extraño? Sé que estar en esta situación no es fácil, pero, ¿por qué de pronto quieres romper las cadenas?"— sus ojos azules comenzaron a tomar un color brillante, dándole la bienvenida a un par de lágrimas que me rompieron el corazón. Tomé la iniciativa, estirando mi cuerpo hacia el suyo y segundos después, junté nuestros labios en un cálido beso.
—"Porque no quiero que salgas herida."— aclaré, al separarnos, dispuesto a comenzar a relatar toda la historia.
¡HOLA!
Ha pasado mucho desde mi última actualización, lo sé. 😟
Pero, ¡aquí estoy de nuevo con la parte número catorce de esta historia! 🥳Muchas gracias por el apoyo que recibió y está recibiendo este fanfic. 🖤
Por cierto, la otra historia "Adrinette" ya está publicada. Un
ESTÁS LEYENDO
Je resterai avec toi
FanfictionA raíz de la travesura de una niña de a penas 6 años, Manon, Marinette y Adrien deberán aprender a ocultar el secreto que llevan bajo sus mangas. Una cadena los une y la llave se encuentra pérdida. ¿Como harán los jovenes para que sus identidades...