Después de la noche en su cumpleaños y de notar la evidente atracción y deseo sexual que sentían el uno por el otro, terminaron acordando en ser compañeros de cama. JongWoon no pensaba aburrirse tan pronto de Ryeowook y su muy bien formado culo que por supuesto le daba un placer infinito y él estaba más que complacido en devolverle la misma cantidad de placer que le brindaba.
Después de meses, continuaron teniendo encuentros de cama cada vez más seguidos. Además de volverse muy buenos amigos, JongWoon lo invitaba a comer o dar paseos de vez en cuando, aunque al principio él lo ameritaba a que era solo por la buena química que tenían, pronto empezó a anhelar más y más la presencia del castaño. Se descubrió en varias ocasiones molesto y celoso de pensar que el menor podía estar con alguien que no fuera él. Y no solo eso, había comenzado a referirse al menor de manera melosa usando sobrenombres cariñosos. Últimamente, después de las maravillosas sesiones de sexo, le encantaba acurrucarse junto a Ryeowook, tenerlo abrazado a él mientras simplemente lo acariciaba, le gustaba simplemente sentir la calidez que este le ofrecía y se sentía bien, se sentía en el lugar correcto.
Sin darse cuenta, se estaba enamorando de Kim Ryeowook y eso no podía ser posible.
Sabía de sobra que el menor no aceptaba sus invitaciones y gestos por ningún sentimiento en especial, él solo lo buscaba para el sexo, sabía que lo que menos quería Ryeowook era tener algo serio con nadie, él mismo se lo había dicho en una de sus tantas pláticas. Así que por más que él quisiera tener algo más allá del sexo con Wook, tenía que guardarse sus sentimientos y continuar con su vida normal. Estaba seguro de que si le confesaba su amor al menor, este se alejaría y definitivamente no quería eso. Tener a Ryeowook por lo menos a ratos, era mejor que no tenerlo nunca. Trataría de volver a la vida que tenía antes de que el castaño y su hermoso trasero se cruzaran en su camino y si tenía suerte, olvidar sus sentimientos hacia el menor.
Estaba en su oficina ocupándose de unos documentos que Hyukjae acaba de llevarle cuando su celular comenzó a sonar, al notar quién era la persona que llamaba, no pudo evitar emocionarse. Trató de que su voz sonara tan normal como le fuera posible y contestó —Diga. —Realmente no pudo articular nada más.
—Woonie —respondió una dulce voz al otro lado. —¿Q-qué harás esta noche?
Maldición, ¿en serio tenía que hablarle de esa manera? Le encantaba esa faceta suya que mostraba últimamente, donde se mostraba tímido al proponerle algún encuentro. Al principio creyó que tal vez era porque el castaño también había desarrollado sentimientos de amor por él pero desechó la idea en cuanto notó que Ryeowook continuaba con su rutina de libertinaje.
—Jong, ¿estás ahí? —Dijo la vocesita al otro lado, sacándolo de su ensoñación.
—Sí, bebé. Lo siento, estaba leyendo unos documentos. —Se excusó.
—Está bien pero, no me has respondido ¿estás libre hoy?
Incluso si no lo estuviera, hallaría la manera de verse con él, maldición. Realmente él también deseaba verlo, lo necesitaba más que al aire en ese momento —Por supuesto, Ryeonggu. Sabes que siempre estoy para ti, bebé. —Aceptó. Ya después vería que hacer con su corazón.
—Bien —respondió el castaño con ligera emoción. —En realidad, quiero que s-salgamos a…
A tener sexo obviamente. Completó mentalmente el pelinegro. ¿A qué más podría ser?
—…cenar.
Un momento, ¿Qué?
—¿A cenar? —Cuestionó con un deje de incredulidad.
—Si no quieres está bien. Yo…yo solo, tenía ganas de salir de mi apartamento esta noche pero, si no quieres, n-no hay…—Balbuceaba.
—¡No! —exclamó con desespero. —No, cariño. Es decir, solo me tomaste desprevenido. Por supuesto que acepto.

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Solo una noche [Yewook]
Roman d'amourMientras JongWoon tenía planeado pasar las últimas horas de su cumpleaños encerrado en su departamento. Sus amigos y el destino le tenían preparado algo totalmente distinto. A Kim Ryeowook y su maravilloso trasero hecho por los dioses. Una noche de...