Jisung era el omega mas codiciado y deseado por la mayoría de los alfas de la preparatoria, los tiempos habían cambiado y aunque aun la mayoría de los omegas seguían siendo huecos y estúpidamente sumisos, algunos pocos como Jisung eran algo rebeldes...
El dia ya había acabado, el cielo estaba oscureciendo mientras todos los alumnos se iban a sus respectivos hogares. Félix se había ido acompañado de Changbin. Minho se había ido temprano por lo que ahira Jisung salía del colegio, solo.
"Hey Jisung". Mark llegó corriendo a su lado.
"Oh hyung, pensé que te irías con tus amigos".
"Lo haré, solo que quería darte algo antes". Sacó de su mochila un pequeño frasco con lo que parecía ser crema o algo así. "Toma, se supone que sería para Jaebum pero no la necesita".
"Pero... No tuve ni una lesión...".
"No es para ti, es para ese delta, Minho".
"¿Para Minho?".
"Torpe, eres tan arrogante que no te diste cuenta de todos los golpes que se llevó en el partido por ti". Jisung abrió bien los ojos, sintiéndose culpable al instante. "Ve con él y dasela".
"Jaebum se molestará si...".
"¿A quién le importa la opinión de Jaebum? Recuerda que yo soy el mayor, tienes mi permiso, pero no llegues tarde a casa". Besó la mejilla del menor y regresó con sus amigos.
Jisung miró el frasco y se puso en marcha hacia la casa de Minho, solo tocaría, el mayor abriría, le pediría una disculpa, le daría el frasco y se iría a su hogar. Si. Eso haría.
Tocó el timbre de la casa y abrió un señor alto, con aura intimidante, Alfa.
"Buenas noches señor Lee... ¿Está Minho?". Preguntó al mayor, quien había frustrado su plan. El imponente alfa abrió la boca para contestar pero fue jalado desde atrás y en su lugar apareció un omega de la misma edad que el alfa.
"Tu debes ser Jisung, el amigo de Honnie". El menor se cohibió un poco por la confianza del otro omega.
"Eh... Si...". Hizo una reverencia. "Quería darle algo a Minho, pero...".
"Pasa". Minhyuk se hizo a un lado invitando a pasar a Jisung, quien por educación entró a paso lento.
"Amor... Lo estás asustan-". Cubrió la boca de su esposo mientras le sonreía al lindo chico con olor a vainilla.
"Minho está en su habitación, primera puerta a la derecha, me ha contado mucho de ti así que por favor siéntete como en tu casa"
"Ah... Gracias señor Lee".
"Oh cariño, llámame Minhyuk y a él, Wonho". Señaló al alfa.
Jisung hizo una reverencia y comenzó a subir las escaleras, suspirando con una leve sonrisa, ambos adultos eran muy agradables. Al llegar a la habitación, dio dos leves golpes a la puerta escuchando un "Adelante omma" de parte de Minho.
Abrió lentamente la puerta encontrándose con el mayor viéndose frente al espejo, su rostro comenzó calentarse al ver a Minho sin camisa, observó su ancha y levemente musculosa espalda con uno que otro ematoma entre morados y rojos.
El delta por fin giró sorprendiendose al mirar a Jisung quien lo miró a los ojos para luego bajar su vista al marcado abdomen del más alto.
"¿Jisung? ¿Qué haces aquí?". Caminó hasta el tierno omega, pero éste último no quitaba la vista de su cuerpo.
"Son muchos moretones...". Comentó afligido mirando los horrendos ematomas en el bello abdomen de Minho. "Perdoname".
"Hey Jisung... Mírame". Tomó el mentón de más bajo e hizo que lo mirara. "Estoy bien, esto no es nada".
El omega negó y cerró la puerta para luego ir a la cama y sacar el frasco de crema de su mochila.
"Yo... Traje esto para tus... Heridas".
Minho miró el pequeño frasco de crema para las heridas y sonrió
"No era necesario".
"Claro que si lo es". Lo interrumpió. "Volteate".
"Pero...".
"Ahora, estúpido delta".
"¿Me estás ordenando?".
"Si, ahora volteate". El mayor hizo caso. "Estoy seguro de que si te dejaba solo la crema, me tomarías de loco y no te la pondrías".
Con delicadeza comenzó a colocar la pomada sobre cada golpe que había dejado marca en su ancha espalda. El cuerpo del mayor se relajó al momento de sentir el suave tacto de Jisung, suspiró.
El menor realmente se sentía mal, y su lobo se sintió triste por el simple hecho de pensar que él tenía la culpa de que su delta estuviera lastimado. Con los pensamientos mezclados se dejó llevar, nublado por el aroma de Minho, lo abrazó desde atrás pegando su frente a la espalda ajena.
"Jisung... ¿Qué haces?". Preguntó tenso el mayor.
"No sé... Pero se siente bien".
El delta giró procurando no romper el abrazo, para ver de frente al otro chico, conectaron miradas y los ojos de Minho volvieron a tornarse grises provocando una sonrisa en el omega, éste último no sabía con claridad qué era lo que hacía.
Sin pensarlo mucho, se puso de puntitas y rozó sus labios con los del mayor, desconectando toda cordura en el delta. Tomó la cintura de Jisung y se agachó un poco más, moviendo sus labios lentamente sobre los ajenos iniciando un beso suave y tierno.
Abrazó el cuello de Minho atrayendolo más hacia él, todo dejó de importarle al sentir la suavidad de los labios de Lee, eran igual de esponjosos a como se veían. Jadeó contra la otra boca al sentir la lengua del mayor delinear su labio inferior. Le dio paso, gustoso, para que explorara cada centímetro de su cavidad bucal.
El sonido de un celular, los sacó de su ensoñación, separándose lentamente se miraron uno al otro con los labios rojos e hinchados levemente. El omega sonrojado y con la respiración irregular.
"Es el mío..." Jisung miró su celular, era un mensaje de su madre. "Creo que debo volver, ya es tarde". Tomó su mochila con torpeza siendo detenido por Minho.
"Sabes lo que significa ésto, ¿cierto?" El menor se sonrojó y desvió la mirada, por supuesto que sabía.
"Estoy confundido... Hablemos mañana, tu debes descansar". Se soltó del agarre de Minho y depositó un beso en la mejilla de éste. "Eso es por... Lo del partido... Gracias".
Y literalmente salió corriendo de aquella habitación y de aquella casa despidiéndose amablemente de los señores Lee. Al llegar a su hogar, fue corriendo a encerrarse en su habitación dejándose caer en la cama por el dolor en su vientre bajo, Jisung había entrado en celo cuando aún no correspondía, significando solo una cosa, "menuda mierda" pensó.
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