–¡Kaori basta! –dijo Tatsuma exasperado, nunca en su vida se había sentido más acosado que en ese momento.
–¿Qué? –Bramó ella– Solo te digo que cuando estés en celo vas a querer un pene, ¡¿por qué no lo compras?!
Agitó el juguete sexual enfrente de su cara y Tatsuma se sonrojó, era un gran dildo y no estaba preparado para eso, ¡¡maldición que no!! Le dio un manotazo a su hermana y comenzó a caminar indignado de ahí, cuando vio a Kaoru venir entre toda esa gente, gimoteó feliz, y se fue contra ella.
Se restregó buscando protección y ella le acarició el cabello.
–¿Qué pasó nene? –dijo suave y Tatsuma gimoteó disgustado.
–Ella quiere que compre un pene...
–¿Qué? –dijo incrédula– ¿Por eso te arrastró como loca cuando nos bajamos del carro?
Tatsuma movió los hombros, en este corto periodo de tiempo, se había abierto mucho con Kaoru, se permitía ser quien era sin temor a ser juzgado, ella era comprensión y ternura, se sentía bien.
–¡Por qué huyes cobarde! –dijo Kaori llegando agitada, pero cuando vio a su gemela retrocedió con una sonrisa nerviosa– Solo estaba jugando con él. –se defendió
–Que no se repita–ordenó y Kaori frunció el ceño.
–No me des órdenes, soy la mayor.
–Por unos minutos, no es la gran cosa–desafío y Tatsuma se tensó, el fuerte aroma de ambas le incómodo.
Eran dos alfas territoriales buscando el poder, y su parte omega estaba asustada, sabía como eran esas dos, sabía que si comenzaban una pelea podía terminar muy mal, agarró a ambas por las manos, entrelazándolas y comenzó a jalarlas por los pasillos del gran centro comercial.
–Ohh yo tengo mucha hambre–cantó y ambas alfas despabilaron.
–¿Qué quieres? –pregunto Kaori
–Un flan–dijo simple.
Eran sus hermanas, y aunque había una cierta inclinación por Kaoru, no quería decir que no quisiera a Kaori, simplemente ella era muy intensa.
Cuando llegaron cerca de un restaurante bastante refinado, ambas alfas se tensaron, Tatsuma les vio sin comprender, jaloneó a ambas ya que su flan estaba a unos metros de ahí, en el súper mercado, pero ambas se quedaron estáticas como unas piedras y Tatsuma les miró mal.
Cuando reconoció el aroma de Ringo, se dijo que habría muchos problemas, siempre los había cuando estaban esos tres juntos, pero frunció más el ceño cuando reconoció otro aroma.
Menta...
Se le fue el habla y fue su turno en quedarse como roca.
Los Uchiha vieron a la dirección del restaurante y vieron en el preciso momento que la pareja, de alfa y omega, iban saliendo, quiso esconderse, quiso huir, siempre que se encontraba con ese alfa, todo se ponía mal.
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Jeho chladné oči -Omegaverse-
FanfictionPorque la vida de los hijos puede ser igual o mas interesante que el de los padres. Secuela de Jeho divoké oči