Seth

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Las manos le temblaban, su respiración era rápida, sus oídos zumbaban y por su frente escurría el sudor frío. Se había prometido a si mismo no volver a fumar pero en ese momento mataría por un cigarrillo. Se llevo las manos al rostro y salio de su auto para respirar un poco, no le importaba si alguien lo veía en ese estado. Su vida ya ni siquiera tenia sentido. Siendo tan joven y ya había vuelto a caer en un cuadro depresivo del cual creyó haber salido cuando conoció a su novia -ahora ex- quien cuido de él por unos meses.

Pestañeo rápido y se puso las manos detrás de la cabeza, se tiro del cabello ansioso por gritar y liberar lo que tenía. Odiaba su vida, odiaba a su padre, odiaba a su madrastra, a su hermano y hermana mayor, odiaba a Amelia, se odiaba a si mismo y odiaba seguir vivo.

Hace tan solo una semana todo iba de mal en peor, el lunes conoció a alguien quien le iba a ayudar con la idea que él tenia y fundar su propia empresa sin necesitar del dinero de los sucios negocios de su padre; pero no contaba que era un estafador y le termino robando mas de la mitad de sus ahorros. El martes su novia, la bella Amelia lo dejo. -Tú sabías que no era buena para ti -se justifico -Siempre he amado a Liam, él es el único hombre a quien yo he amado y le he dado todo de mí. -añadio con voz melosa al referirse a su nuevo novio, quien por cierto era su ex - Fue el primero y quiero que sea el único. Lo lamento Seth, pero no te amo.

Tal vez hubiera dolido menos una patada en la entrepierna.

El miércoles su padre falleció, el sepelio fue en las afueras de la ciudad y para su mala fortuna tuvo que ver a sus hermanos mayores, nunca se llevo bien con ellos a pesar de tener la misma sangre.

El jueves leyeron el testamento. Su sorpresa fue descubrir que el tenia la obligación de seguir con los negocios de su padre.

-¡No pienso hacerlo!- se quejo molesto. -¡Pidanselo a Michael o a Tamara!-dijo señalandolos- Pero yo no pienso seguir con eso.

-¡Bu! -imito su hermana el llanto dé un bebé- Es tu parte primor, no nos metas en eso. Yo solo quiero la casa en España y lo que me toca de dinero.

-¡Cierra la maldita boca!-le ordeno Seth pero esta solo se rió.

-Oh hermanito. Bienvenido al mundo real, es cruel y duro pero solo los listos se salvan -exclamó el mayor de los tres hermanos.

Ahora todo se desmoronaba y se caía en pedazos. Era difícil seguir, pero por más que quisiera acabar con todo lo mejor era desaparecer de la faz de la tierra por décadas. Es por ello que tomo su auto y condujo todo el día sin rumbo ni paradero. Su celular estaba taqueado de mensajes y llamadas y lo termino lanzando por la ventana antes de salir de la ciudad. Solo quería tranquilidad.

Cuando sintió su cuerpo menos tenso se introdujo al auto nuevamente pero para su mala suerte el auto ya no tenia gasolina. Pateo la puerta y atravesó la carretera, había un motel con el letrero de "vacante" encendido. Iba a quedarse la noche allí y luego pediría ayuda en la mañana.

Al momento de registrarse vio a dos jóvenes ir rumbo a una habitación, se les veía cansadas pero abrazaban unas maletas de manera recelosa. Aparto la vista y pidió un cuarto, le dieron la llave con el numero 3. Le parecía extraño que únicamente hubiera una camioneta de último modelo estacionada, de lo contrario todo estaba vacío igual que un pueblo fantasma.

El dueño del motel descolgo el teléfono y sonrió de lado al saber que todos estaban en sus habitaciones.

-Ya tengo a los participantes -dijo a quien sea que estuviera del otro lado -Sera la mejor en años.

Y ese indicaba ser la luz verde para que todo comenzara.












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Seth

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Sin salidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora