|13- Credibilidad|

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El sol empezaba a ocultarse, el bosque empezó a verse más tupido de lo que ya era. Podía sentirse el miedo y la angustia en el aire. Seth caminaba con pasos seguros y firmes, volteaba la cabeza de vez en cuando para asegurarse que su ángel y las otras dos chicas lo estaban siguiendo. Llevaban caminando mas de una hora y no planeaban detenerse por nada. No pensaban tentar su suerte y enfrentarse con más criaturas monstruosas que quisieran asesinarlos.

-¿Cuánto falta para llegar?- pregunto Mikayla deteniendose abruptamente.

Seth se detuvo y camino hacia ella; sin que esta lo viera venir Seth extendió su mano, aún manchada con sangre seca, y acarició su mejilla deleitandose con la suavidad de su piel.

-No falta mucho -dijo clavando su mirada en la de ella.

-Estoy muy cansada

-Voy a cargarte, pero no podemos quedarnos aquí por mucho.

Mikayla iba a negarse pero él estaba decidido a llevarsela a cuestas. Lo que menos quería era perder a su ángel.

-¿Estás completamente seguro que el motel es un buen lugar? -intervino Melissa de forma inquieta.

-Confíen en mí, yo voy a cuidarlas -respondió con un atisbo de arrogancia.

Victoria blanqueo los ojos pero no tenia otra opción más que seguirlo. Antes que quedaran en completa oscuridad finalmente habían llegado al motel. Pero algo parecía haber cambiado. No estaba el auto de Seth ni tampoco los escombros del auto que habían chocado varias horas atrás.

El enorme letrero luminoso con la palabra "vacante" en verde les daba la bienvenida.

-La camioneta ya no está -susurro Mikayla luego de que Seth la dejara en el suelo.

Un escalofrío corrió la espalda de Victoria al ver la oficina en la que se reciben a los inquilinos completamente iluminada. Desde afuera se podía notar que estaba limpia y no había sangre ni mucho menos la cabeza del dueño sobre el escritorio.

-¿Qué mierda pasa en este maldito lugar?- cuestiono Melissa más para si misma que para el resto del grupo.

-Tenemos que buscar un teléfono rápido- dijo Seth cuando una idea se le atravesó de inmediato.

La única forma de obtener ayuda podría estar en esa oficina. Seth abrió la puerta la cual ni siquiera tenía seguro. En el escritorio había un frutero con grandes manzanas rojas y se veían bastante jugosas, su estomago gruño y nunca antes creyó haber deseado tanto morder una de esas brillantes frutas. Junto al frutero había una tabla sujetando varios papeles de forma prolija y a un lado una pluma para firmarlos. Justo al lado de los papeles estaba el teléfono color gris, el artefacto mostraba una luz verde en el tablero que indicaba ser funcional. Al descolgar el auricular no oyó un tono de llamada, extrañado, marcó al 911 esperando oír el tono de llamada pero no había nada del otro lado.

-¡Seth sal de allí! -el grito de Victoria lo puso en alerta, pero antes de que pudiera salir corriendo de la oficina algo tan fuerte como una vara de metal golpeo su nuca.

El golpe desestabilizó al joven y este cayó boca a bajo pero no pudo ponerse de pie. Antes que su visión se oscureciera sintió algo filoso y pesado hundiendose en su espalda. El dolor de esa mortal herida no lo dejo gritar, su atacante le corto la garganta matándolo en el acto.

Mikayla empezó a correr sin fijarse en nada más a su alrededor, le importaba poco que Melissa o Victoria la estuvieran siguiendo, solo quería ponerse a salvo lo más pronto posible. Esa pesadilla no parecía tener fin y para su sorpresa la persona que la libro de su agresor estaba siendo asesinada en ese mismo momento.

Como era de esperarse Mikayla no pudo ir a otro lado más ya que regresó nuevamente al motel. Victoria lloraba tirada en el suelo y Melissa gritaba desesperada al ver al enigmático lobo salir cubierto de sangre de la oficina de recepción.

-Yo lo había matado...-susurro Mikayla sin dar crédito a lo que sus ojos veían. Un dolor fuerte se hizo presente en su vientre, una punzada tan fuerte como si un arpón le hubiese atravesado el cuerpo.

El final estaba cerca, no habia salvación, no había una salida para aquella pesadilla.

-Dime Victoria- dijo la bestial criatura con una voz demasiado humana -¿Quieres ver de nuevo a tu padrastro?

-¡Déjame en paz! -chillo desgarrada -Te lo ruego.

-¿Y qué hay de ti Melissa?- vio a la castaña provocandole pavor de inmediato- ¿No extrañas los golpes de tu mami? No sería lindo oír el asco que le provocas a tu propia madre.

Melissa bajo la mirada y negó con la cabeza tratando de ignorar las escenas que se recreaban en su mente una y otra vez.

-Y tú- Mikayla se apretó el vientre cuando sintió algo caliente escurrir entre sus piernas, a estas alturas el dolor era insoportable -Ya no tienes vida alguna allí adentro -al señalar su abdomen Mikayla grito ahogada en rabia pero el dolor era tanto que solo pudo gruñir ante tal agonía.

Las tres estaban siendo atormentadas en su propio infierno. Las tres sufrían de formas horribles, Victoria no podía defenderse del depravado padrastro ni de sus asquerosos abusos. Melissa se retorcia del dolor que los golpes de su propia madre, su espalda se había llenado de largas heridas sangrantes, la piel estaba amoratada y abierta. En cuanto Mikayla, la pobre mujer sentía el dolor partirla en dos. La sangre salía a borbotones entre sus piernas, empezó a debilitarse y en cuanto menos lo sintió esta cerro los ojos para no abrirlos nunca más.

Un zumbido tan fino invadió el lugar, cuando Victoria creyó que iba a ceder a la inconsciencia  por el dolor que le provocaban las embestidas de su  padrastro estas pararon. De repente ella ya no estaba siendo sometida por él.

No había sangre, no había dolor, no había nadie. Solo ella en una habitación del motel.

Su vestimenta era la misma con la que llegó al motel la primera noche pero ¿Dónde estaba Melissa?.

-¿Quieres saber donde esta ella?

El lobo se apareció junto a Victoria haciendo que esta saltara en su sitio por tal impresión.

-¿Qué mierdas esta sucediendo? -pregunto con la voz cargada de impotencia.

-Solo un juego nada más- la bestia se puso de pie y abrió la puerta sin siquiera tocarla. -Ven aquí conmigo si quieres a tus amigos de vuelta.

Victoria no titubeo y fue tras él. Bajaron hasta la recepción del motel, Victoria estaba más confundida que nunca.

-Haz que 4 personas tomen el lugar de tus amigos, necesito más personas para seguir jugando.

-¿Qué carajo significa esto?

-Quiero que seas mi nueva recepcionista. Cuando los nuevos cuatro inquilinos se hayan hospedado en el motel descolgaras el teléfono y dirás "ya tengo los nuevos participantes" si no lo haces serás mi juguete por el resto de tu vida.

Sin más aquella bestia desapareció ante los ojos confundidos de la rubia.

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Gracias por acompañarme en esta aventura, los amo con todo mi corazón.

Atte: Katheryn 💕

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