Loftory +18 (En Edición).

Cap I. Edda/Aisha.

-Edda te toca.- inrrumpio el castallo en mi camerino sin pedir permiso, a este punto ya no me importaba, era una de las personas en la que más confiaba desde hace tiempo, eso y que por lo general la vergüenza no era algo a lo que debiera acostumbrarme.

Salí con brillos en mi cuerpo destellando erotismo y deseo, al acercarme escuchó como gritan mi apodo muchos hombres que pagan por verme.

Me ubicó en el escenario, colocándome en la pose que había preparado temprano, dispuesta a empezar mi rutina improvisada, hice un muy leve asentimiento con mi cabeza para que le dieran inicio a la pista musical, la cual empezó a sonar y mi cuerpo comenzó a moverse al son de la misma, me perdí en la música, en las notas de esta, me guíe por su armoniosa melodía, que acompasaba el ritmo de mi cuerpo y mis caderas que iban y venían haciendo círculos lentos en el aire, escuchaba como gritaban, como silbaban, como lanzaban billetes de diferentes denominaciones, sentía el deseo, sentía que me querían, que me anhelaban. Seguí así un rato más, sintiendo miles de miradas sobre mi, me seguian a donde caminará, saltará o bailará, era deseada y aunque no era el mejor lugar del mundo, fue el único que me abrió las puertas, cuando los demás sólo me miraban por encima de sus hombro, y cerraban las puertas en mi cara, eso no cambia lo que es este lugar, sin embargo es el único lugar, que me hizo salir del hoyo, y justo ahora estoy en el punto más alto y allí nescesito estar.

Al terminar mi rutina, vislumbre al final de las escaleras a Eduany mi seguridad, el mismo que me llama cuando llega mi turno de salir y el mismo que me acompaña de nuevo a mi camerino. Eduany es un portugués que llegó a España hace unos cuantos años junto a su esposo, Eduany es gay y por tal razón su familia lo rechazó, por lo cual vino ha probar nuevos horizontes, al igual que a mi, Adu fue aceptado en el club junto con Ayres su esposo, ambos para mi han sido la familia que necesitaba, aunque fuera raro ver a un guardaespalda homosexual, Eduany era justo lo que nescesitaban para el trabajo.

Dado que lo podrías imaginar afeminado, Adu es todo lo contrario, el demuestra que su orientación no tiene que ver con su manera de comportarse o de vestirse, y es lo que amó de el, como logra contrariar los estereotipos que la sociedad te impone, al decir que algo debe ser como para ellos sea más convenientes o cómodo. Su porte fornido, y aura másculina jamás te dejarían pensar que el podría llegar a ser gay, pero simplemente es el, demostrando que naturalmente la sociedad se equivoca y juzga sin conocer, Ayres es muy parecido, sólo que es rubio, pero su porte es igual de másculino, pero ambos son las mejores personas que podrías conocer.

Tomo su mano, y con mis tacones negros bajo los escalones, para colocarme a su lado y ser escoltada por el mismo. Cuando ingresamos al pasillo un tono de voz grueso y dominante, erizan mi piel y llaman mi atención.

-¡Un hermoso show!- alaga mirándome con unos ojos grises metal, mientras que con sus gruesas manos aplaudía lentamente.- Nunca me decepcionas.

-Ni lo haré.- puntualize sonriendo levemente, el respondió con una sonrisa similar.- Sabes que es por ti que estoy aquí.

-Por mis saliste del asco de lugar donde estabas, por ti estas aquí.- ensancho su sonrisa y se acercó con sus brazos tendidos hacia mi, sin pensarlo demasiado me lance a sus brazos y lo apreté fuertemente por su cintura.- ¿Cómo está mi hermosa flor?.

Alexei el dueño del club, acaricio mi cabeza sobre su pecho, su padre era el dueño, para mi suerte era, ese asco de persona era una auténtica mierda, buscando siempre la oportunidad de aprovecharse y beneficiarse tanto de los clientes como de nosotras, yo buscaba tratar con el cuando era necesario y cuando habían personas presentes, todo cambio cuando Alexei tomo su lugar, aún así una mierda parecida mandaba junto Alexei, su hermano Adik, la misma porquería que su padre pero mil veces peor, y ya sabría yo porque deseaba que terminará como su padre.