Red Love (Kaname & Zero)

El chico del lago

La suave risa del joven le alertó, ocultando más su desnudo cuerpo entre las rocas de la cascada. Había llegado...Zero.

No pudo contener su emoción, sólo escuchar el más mínimo brote de su voz el cuerpo entero le estremecía. Ni el frío de la noche le erizaba tanto la piel como el pensamiento de compartir las mismas aguas que aquel joven. Asomó un poco la cabeza, siempre con el cuidado de no ser visto.

Ahí estaba, recostado sobre las pequeñas flores que crecían en la orilla del lago, tarareando lo que parecía ser una canción de cuna mientras perdiendo su mirar en el reflejo de la luna. Se le veía aburrido mientras jugaba con el agua, mojando un poco su camisón hasta que sonrió y de manera pícara se mordió ligeramente el labio inferior, Kaname no pudo evitar copiarle el gesto, ya iba a comenzar.

Zero descendió sus manos por su cuello, siguiendo la curva de este, hasta llegar a los botones de su camisón. Botón por botón fueron abriendo paso a la tersa piel. Sus labios entre abiertos dejaban escapar suspiros de goce al sentir el camino de sus helados dedos parando en su vientre. Su secreto acompañante sólo observaba con deleite, respirando de manera más pesada cada que él pasaba por sus pezones para acariciarlos; Kaname hacía lo mismo con los propios provocando un estremecimiento que calentaba cada vez más su entrepierna. Hubiera seguido bajando más la mano sino fuera por el estrepitoso sonido de una botella al caer. La vergüenza y el miedo se denotaba en la mirada de Zero, el hombre frente a él era sumamente alto, desaliñado y con un hedor horrible, exudaba alcohol puro de lo ebrio que estaba y su espantosa sonrisa chueca no provocaban más que horcajadas ante la vista de tan deplorable dentadura. Él sin descaro alguno paseaba su mirada por las descubiertas curvas de Zero y para sorpresa de los dos presentes, soltó una carcajada. El peliplata no pudo más con tal locura, dejando caer alguna que otra lagrima por sus mejillas.

El hombre paró su estrepitoso espectáculo, escupiendo un poco sobre el pasto a su alrededor. Se agachó a la altura de Zero y tomo su rostro entre sus sucias manos, secando sus lágrimas con sus pulgares, dejando un asqueroso rastro de suciedad. En ese momento su mirada era increíblemente amable sin embargo el joven no paraba de susurrar ligeros por favor o lo siento.

-Sabes que odio cuando te tocas- le susurró al oído callando al instante con un asqueroso beso en los labios. Empujando con brusquedad el pequeño cuerpo del joven contra el pasto. Él no se oponía ante la lujuria del asqueroso hombre que había tomado lugar entre sus piernas y comenzaba a penetrarle de manera violenta, escupiendo puta cada que entraba en él, ya no le importaba hasta que un chillido agudo le hizo girar sus ojos a un punto entre las rocas de la cascada, su sorpresa fue enorme al chocar miradas con el joven entre las rocas y aún más al ver que este tapaba su boca con una mano, mientras la otra se perdía entre sus piernas, aquel desconocido no podía con la excitación, estaba tan sonrojado que con la escasa luz de luna se distinguía a la perfección ese detalle. Se maldecía internamente por ser descubierto, pero no podía parar ahora, saber que Zero le veía era más divertido y por alguna extraña razón, Kiryuu comenzó a sentirse de la misma manera, sabía que era deplorable la forma en la que era cogido por aquel hombre peroesa mirada, ese sonrojo, esa erección oculta entre las manos de aquel desconocido era por él y por primera vez en mucho tiempo gimió alto, no importaba que tan brusco era el ser horrible entre sus piernas, Zero gemía para Kaname.

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- Adry