Esa noche algo me despertó bruscamente, la habitación se ilumino completamente por un relámpago que se asomó por mi ventana. Vagamente recordé haber soñado con alguien cuyo rostro no pude distinguir. Mis sabanas estaban revueltas, aparentemente habría sido una pesadilla pero no lo recordaba bien. En el silencio de la noche, podía oír fuertemente mi corazón palpitando, el sudor recorría mi frente y definitivamente algo estaba mal.
Me levante de mi cama, el suelo frio como el hielo y una corriente de aire llego a mí por debajo de la puerta. Me dirigí hacia la misma y al abrirla un gran silbido recorría la casa, al salir de mi habitación entonces pude ver que provenía de una ventana abierta en el primer piso. Baje las escaleras y olvide el escalón que debía saltear, siempre lo olvidaba y realmente me molestaba mucho escuchar el rechinar de la madera. Ahí estaba siempre entre todos los escalones, siendo el único, como riendo de mi estupidez.
La noche anterior creí haber dejado todas las ventanas cerradas o al menos tenía esa sensación porque sabía que una tormenta se avecinaba, se podía ver en ese cielo negro y marchito. De todas maneras seguía en mi mente la imagen de esa persona soñada, tenía que quitarlo de mi cabeza, necesitaba pintar ese rostro para sacarlo de mí. Cerré la ventana y por un segundo me quede observando a través de ella, podía ver ese jardín lleno de hojas secas iluminado por el farol de la entrada mientras seguía lloviendo en el medio de la noche. Al igual que el ojo de un demonio, la luna estaba bailando en el cielo ennegrecido y pude sentir a mis espaldas las sombras acechándome.
Tome uno de los lienzos en blanco y empecé a dibujar, tratando de llegar lo más próximo a la imagen de esa persona en mis sueños como excavando en mi mente. Contrariamente cuanto más trataba de recordarlo, más se alejaba de mí. Esto no era como en mi sueño donde podía verlo claramente y había algo extraño en todo esto que hacia vacilar mi mano. Había algo mal, respiraciones fuertes en la sala, sombras asechando, ojos en la noche observándome. Quizás ellos también querían ver mi retrato terminado al igual que yo.
-¿Qué se siente estar sola en la oscuridad?- Él pregunto.
-No lo sé- Respondí
-¿Cómo sabes que no te devoraran?- Él insistió.
-Tengo una vela conmigo- Volví a responder. Mientras arda no podrán verme, me ocultare en su luz.
- Quizás funcione o quizás puedan verte mientras estés muy ciega por ella. Cuando la noche viene y la luz del día se ha ido, la oscuridad se cierra como la última vela se quema. Será el momento de enviar tu mente en un viaje en la tierra de los sueños y la niebla.
-Dejame tranquila, tengo que terminar esta pintura- Le advertí.
Mi vista volvió al centro, la vela había llegado a la mitad y pude ver que había roto el lienzo, quedando mi pintura incompleta. Necesitaba terminarla antes de que la noche llegue a su fin, antes de que la última vela se consuma. Recordé que por alguna razón guardaba los demás lienzos en el sótano y eso no fue bueno porque odiaba bajar ahí. Era un lugar tan oscuro como esos a donde la mente nunca quiere llegar, ahí donde se esconden los deseos más deformes, aprisionados en lo más recóndito del abismo de nuestra mente.
- Cuidado con las escaleras resbaladizas, podría fácilmente caer y romperte el cuello- Él me advirtió.
-He vivido en esta casa sola por muchos años y nunca me ha pasado nada malo- Le respondí.
Encontré mi vieja muñeca de la infancia, mi madre me decía que solía jugar tanto con ella que parecíamos inseparables y ahora yace en este sótano oscuro junto a muchas otras cosas de lugares y tiempos olvidados. De vidas pasadas que ya no quiero vivir.
Estúpido lienzo ¿Cómo pudo romperse así? No quería bajar para recordar quien ya no soy. Lo tome entre mis manos con tal fuerza como si fuera a ahorcar a alguien y nunca lo había hecho pero imaginaba muchas veces en mi cabeza como sería hacerlo y susurraban a mi oído durante la noche que lo haga una y mil veces.
-Si caminas por la oscuridad tan tranquila no tendrás luces que indiquen el camino- Él susurro
-A través de la oscuridad sólo se podían ver con velas, yo solo no quería que la mía se desgaste más- Le respondí.
Asique solo la deje en la entrada para que ilumine lo suficiente como para encontrar lo que necesitaba. La gente antes creía que si se les aparecía en el medio de la noche, eran los ojos de un demonio. Como aquel que espera pacientemente para llevárselos mientras duermen, pequeñas llamas en lo oscuro como brujas danzando.
Aquí estoy cegada por esa llama de nuevo, en cada vela que arde, veo la misma cara una y otra vez que se cae a pedazos. Entonces la casa comenzó a respirar, parecía estar viva. Si, a respirar.
-No podrás terminarla antes de las tres- Él afirmo
-Deja de distraerme- Le ordene.
Solo que esta vez no hubo respuesta.
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Ellos
ParanormalHistoria alternativa de Grey. Es la primera vez que intento escribir algo con tematica de terror y creo que me gusto como quedo, aun asi pueden juzgarlo por ustedes mismos.