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Los dos chicos llegaban en el lujoso auto. Se dieron una seción de besos hasta que visualizaron como el blanquecino salía de aquella humilde casa. En sus manos traía lo que parecía dinero mientras saltaba felizmente intentando no caerse.

Sus ojitos curiosos captaron el auto negro, su cejo se frunció y sus labios se abultaron, el auto se veía muy sospechoso. Aparte de que no se podía ver nada por los cristales polarizados.

Corrió lo más rápido hasta una esquina. Iría al supermercado que estaba a dos cuadras de su casa pues le faltaba leche para acompañar los pasteles.

No pasaron ni 1 hora cuando ya estaba por entrar a la casa pero el auto no se iba. Extrañado y asustado corrió hasta su casa, una vez dentro dejo todo en la mesa y espero a que sus invitados llegarán.

—Cariño, no es por de solucionar te pero ¿Crees que tus amigos lleguen? —su madre pregunto cautelosa, los pasteles ya estaban fríos y no quería que dañaran a su hijo.

—Si mami, sólo espera un minutito—se sentó en la mesa.

Esperaría lo que fuera a su JiMinnie...

—Ah~ —el rubio gemía mientras el moreno mordía su cuello.

¡Estaban apunto de hacerlo en el coche y justo frente a la casa de YoonGi! El azabache paro abruptamente. Estaba mal.

—Bebé—se separó lentamente—Vamos a entrar.

—Bebé... No, estamos apunto de hacerlo...

—Mi amor tengo hambre.

Entre quejas el azabache le colocó la camisa a JiMin. un regalo de aniversario por parte de JunGgkook, esa camisa costaba millones.

—Bien, entremos.

Los chicos salieron del auto, el rubio tocó la puerta y en menos de 2 minutos ya estaban dentro de aquella casa.

—¡Si llegaron!

El castaño empezó a saltar alrededor de los chicos, mientras que uno reía el otro hacia gestos de desaprobación.

—¡Listo! ¡COMAMOS PASTELITOS!

el moreno frunció su seño y con su mano derecha tapo la boca de YoonGi.

—Callate YoonGi, no grites desesperas...

Los ojos de YoonGi se pusieron vidriosos pero con una sonrisa melancólica sonrío asintiendo.

—Oigan, ¿Q-Que les pare..parece una pijamada? —murmuro.

—Por mi estaría increible—contesto JeonGgkook mientras que JiMin simplemente negaba.

—Yo no puedo, lo lamento pero tengo cosas más importantes YoonGi.

El blanquito sólo respondió un “Si” comprensible.

El celular de JiMin empezó a sonar por lo que atendió la llamada.

—Me tengo que ir YoonGi, para la próxima me surgió un problema, ¡adiós!

El rubio salió de la casa dejando solos a YoonGi Y Jeonggkook.

—¿Y bien? ¿Que haremos?

Los ojos de YoonGi se iluminaron.

—¿Estas de acuerdo con la pijamada?

—Claro.

—Vamos a tu casa por ropa, no creo que te quede la mía—rio tiernamente—¡Llegamos nos cambiamos y comemos pastelitos!

—YoonGi, ¿tienes lugar para que pueda dormir yo?

—Eso—el castaño empezó a reír escandalosamente—¿en tu casa tienes?

—Si...

—Bueno, ¡LA PIJAMADA SERÁ EN TU CASA! fin de el cuento— el castaño empezó a reír.

—Okay, no tengo ningún inconveniente vámonos.

—Dejame voy por mi ropa y pido permiso...

El castaño se fue en busca de su mamá mientras que jeon esperaba ansioso.



[🍒]
 
Los dos chicos ya estaban en la casa de él moreno. Las facciones sorprendidas de YoonGi provocaban que jeonGgkook riera. El castaño era muy lindo y divertido.

—Aqui es...

Estacionó el auto esperando que YoonGi bajara. Los dos chicos bajaron y fueron directo dentro de la casa.

—¿Esta es tu casa? Es muy grande. ¡seguramente tu habitación es de el tamaño de mi casa completa!

—No exageres—el moreno río.

El azabache miraba alucinando a YoonGi hasta que un poco confundido el blanquecino se acercó al sofá de cuero negro de la sala y tomo una prenda de ropa.

—G-Gukkie, ¿e-este pantalón no es de J..JiMin?


































Perdón por las faltas ortográficas


LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora