《You are my sunshine, my only sunshine, you make me happy, when sky's are gray. You'll never know, dear, how much I love you... please don't take my sunshine away...》
•Hoseok es un empresario con el corazón roto, y Taehyung es un joven e inocente g...
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Las personas en el lugar, comenzaron a murmurar, sobre la pequeña disputa que se estaba llevando a cabo en la entrada del local.
Hoseok, tenía un agarre posesivo alrededor de la cintura de su omega, mientras que con la otra mano, había empujado al sujeto que se había pasado de listo al acercarse tanto a Taehyung. Los ojos de Hoseok brillaban de un intenso dorado, y sus colmillos salían a relucir. El alfa estaba realmente molesto porque alguien se había atrevido a tocar a su omega.
El otro alfa, enarcó una ceja y sonrió de lado burlón. —Con que, "su omega"... interesante, lastima que no me dejaron meter mi cámara… — Hoseok colocó a Taehyung detrás de él a modo de protección y gruñó una vez más, logrando que el paparazzi retrocediera un par de pasos. —Wow tranquilícese, Señor Jung
—No quiero que te vuelvas a acercar a él —decía con una voz terriblemente grave, remarcando cada palabra— ¿Te quedó claro?
Sin más, el sujeto se dio media vuelta, y se fue con una sonrisa burlona. Después de todo, había conseguido los datos que quería. Por otra parte, Hoseok se permitió relajar un poco sus hombros, cuando vio que el hombre se había ido. Sus colmillos habían desaparecido y sus ojos habían vuelto a su tonalidad color miel. Pero cuando se volteó, se encontró con un Taehyung luciendo asustado en tanto se abrazaba a sí mismo, sin dejar de mirar al suelo.
La preocupación regresó al alfa en un santiamén al ver a su omega así. Que idiota. Había utilizado su voz de mando para imponerse ante ese otro alfa. Que olvidó por completo, que aunque su voz no fue dirigida a Taehyung, le pudo afectar a él y a su lobo.
Inmediatamente se sintió culpable.
—¿Taehyung? —tocó sus hombros. Este dio un pequeño saltito y cerró sus ojos con fuerza. —No, no… tranquilo, todo está bien
En sus dieciocho años de vida, jamás había escuchado la voz de mando de un alfa. Su abuela le había contado sobre ello hace un par de años atrás, pero jamás había experimentado tal sensación de parálisis que lograba que el y su lobo, se sintieran con miedo, hasta el grado de bajar la cabeza en forma de sumisión.
—¿Te asustaste? —atrajo el rígido cuerpo contra su pecho, en un abrazo conciliador— lo siento mucho… fue mi culpa por descuidarte unos momentos…
Pero Taehyung no decía nada, cosa que preocupó más al alfa. Miró a su alrededor y aún habían personas viéndolos. Mordió su labio, colocando su mano en la cintura de su omega y lo empujó con suavidad, para alejarse de esas miradas. Abrió la puerta del baño y ambos se adentraron. Afortunadamente no había nadie ahí dentro, así que se atrevió a ponerle seguro a la puerta para que nadie más los interrumpiera.
Lo sentó en un cómodo sofá de terciopelo rojo con detalles dorados, que yacía ahí. Sintiendo a su lobo aullar preocupado en su pecho, tomó una de las suaves toallas enrrolladas que estaba dentro de un canasto a lado de los lavamanos y la humedeció con agua fresca. Para después, colocarse de cuclillas frente a Taehyung y pasar con suavidad la toalla por su rostro, en tanto acariciaba con su pulgar la mano del menor.
