Jessica y yo nos habíamos separado para ir a nuestras respectivas clases. Me tocaba Álgebra; podría decirse que yo no era una "nerd", pero tenía buenas notas, ni muy altas, ni muy bajas, tan solo normales. Caminé hacia mi banco, Cameron no había asistido al instituto hoy, por lo que estaba sola. Apoyé mis cosas en mi banco, colocándome de lado de la ventana. Todos los alumnos se encontraban ya sentados en sus respectivos bancos, con sus respectivos compañeros. Me senté en mi silla, mirando por el cristal, que dejaba a simple vista el parque; muchas familias caminaban de la mano, y eso me entristecía, me hacía acordar a mi padre.
- Alumnos - Llamó la profesora O'Donnell, no pude descifrar cuando había entrado -, quiero informarles que hay un nuevo compañero en esta clase, y quiero que lo traten de manera educada. - Rodé los ojos, a nadie le importaba quien era.
La puerta de la clase se abrió de a poco, dejando pasar a un cuerpo alto, masculino, y bien formado. Achiné los ojos al darme cuenta que era el chico de la entrada. ¿En serio?, no puede estar pasando.
- Señor Dowel. - Saludó la vieja arrugada hacia el chico, quien solo asintió con la cabeza - Alumnos, quiero presentarles a Mack Dowel. - Ella le sonrió, a lo que él le respondió de la misma forma, haciendo a muchas chicas suspirar y a la vez gemir - Siéntese con la señorita Johanson, por favor. - Abrí mis ojos, ¿qué?.
- Disculpe profesora, - La vieja se dió vuelta, acosándome con su mirada, pero yo seguí sin importarme las consecuencias.. porque... soy Skylar Johanson, ¿cierto?. - Este puesto esta ocupado por Cameron, si usted lo sacara no podría sentarse en ningún lugar, ya que no hay ninguno disponible - Concluí saviamente, llevándome conmigo muchas miradas.
La profesoras O'Donnell tocó con su dedo índice su barbilla, para luego mirarme con una sonrisa diabólica.
- Ya veré que hacer con él, señortia Johanson. - Bajó sus lentes hacia Mack y le sonrió. - Por favor, siéntese. - Él asintió algo confundido y caminó hacia mi banco. Bufé fuertemente y apoyé mi barbilla sobre mi puño.
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El día pasaba lento, como si el tiempo se hubiera reducido a velocidad mínima. En todo este tiempo, pude observar como Dowel sostenía su mirada en mí. Sujeté mi mandíbula, y me dirijí hacia él.
- ¿Necesitas algo?. - Pregunté de mala gana. Él sonrió, dejando a simple vista sus bellos dientes blancos y perfectos.
- Necesito muchas cosas. - Contestó rápidamente. Tenía una voz gruesa, y a la vez sensual, haciéndo que un escalofrío corriera por mi cuerpo.
- ¿A sí?, ¿qué clase de cosas?. -Achiné los ojos hacia él.
- Cosas que podrán matarte con tal de que intentes buscarlas. - Espetó serio. Abrí los ojos, ¿qué quería decir?.
- Mira, - Dije sin paciencia - deja de mirarme, me molesta.
Él levantó una ceja confundido. - ¿Qué te molesta? - Preguntó apoyando su brazo en mi respaldo. Sentí como si un hielo traspasara por mi columna.
- Eso - Apunté su brazo, el cual corrí hacia su dirección.
- ¿Esto? - Tomó de mi asiento y me acercó a él. Iba a patearlo, o tal vez darle alguna palmada, pero una voz nos detuvo.
- ¡Johanson y Dowel! - Espetó la profesora. Todos mis "compañeros" la acompañaron con sus miradas hacia nosotros. Mis mejillas se habrán puesto rojas, lo sabía. Mack seguía mirándome, como si nadie estuviera viéndonos y acusando. - ¿Hay algo qué quiéran compartir con la clase? - Preguntó cruzándose de brazos.
- N-no, lo si... - No pude seguir, ya que el chico que tengo sentado a mi lado me interrumpió.
- No, no hay nada profesora - La miró fijamente, como si estuvieran hablando telepáticamente, y yo no me estuviera dando cuanta. La señorita O'Donnell sacudió la cabeza y siguió con la clase. Mack volvió su mirada a mí.
- ¿En qué estábamos? - El timbre sonó y yo suspiré aliviada. Nuestras miradas se encontraron, como la vez pasada.
- Nada - Pude decir sin tartamudear. Este chico daba miedo. ¿Quién se creía para hablarme?. Tomé mis cosas y salí de allí lo más rápido que pude. Antes de salir por la puerta, mi cabeza dió un giro, haciendo que mi mirada pasara a mi banco, pero no había nadie. Mi corazón comenzó a latir rápidamente, por lo que ahora, literalmente, salí corriendo hacia la salida.
Este chico era extraño, muy. Quería alejarme de él, pedirle a la profesora que nos cambie de asiento, pero por otra parte, quería averiguar que escondía, porque si mirás profundamente por sus ojos, podrás descifrar oscuridad, y eso no es humano, ¿no?.
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Angel of Darkness.©
Teen FictionSkylar vive con su madre, tiene a sus respectivos amigos: Samuel y Jessica. Su padre fue su mejor amigo desde su nacimiento, según ella. Cuando falleció, sintió todo un vacío apoderarse en su cuerpo, el cual sus amigos intentan llenar; pero aunque m...