CAPITULO 54

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Me puse mi pijama y me limpié la herida, estaba tan cansada de vivir en esta situación, pero es el precio que uno debe pagar por amor, me fui a dormir, estaba por agarrar el sueño cuando recordé que no le puse alarma al auto, me puse un abrigo y salí del departamento para ponerle alarma al auto, iba saliendo cuando de pronto vi a Zabdiel afuera de mi puerta, sentí tanta ternura viéndolo, ahí que me acerqué a él.

___: ¿Que haces aquí? Pensé que te habías ido.

Zabdiel: ¡Ja! ¿Con aquel idiota de tu novio? No me lo creo - me miró serio.

___: ¡No es mi novio! - me levanté.

Zabdiel: ¿Ah, no? ¿Entonces porque te besó? - dijo levantándose también del suelo.

___: yo no sabía de el me iba a besar, el solamente vino a verme, fue todo.

Zabdiel: no se como puedes convivir con él sabiendo todo lo que te hizo.

___: pues casi volví contigo a pesar de lo que me hiciste, ¿no? - lo miré con los brazos cruzados.

Zabdiel agachó la mirada.

Zabdiel: solo quería disculparme por el golpe, ya me voy - se giró para irse.

___: no, espera - lo detuve - perdóname, solo es que estoy estresada, ¿quieres pasar? - le abracé.

Zabdiel: perdóname tú a mi, es que me muero de celos cuando ese tipo esta cerca de ti - me dio un beso en la frente.

___: ven - lo tomé de la mano y lo metí a mi departamento.

Zabdiel me comenzó a besar, me tomó entré sus brazos y me llevó a mi recamara, ahí me colocó con cuidado en la cama y me comenzó a quitar mi pijama mientras yo le quitaba su camisa, y entre besos desabrochaba su pantalón, deseaba a Zabdiel, quería que me hiciera suya, que me hiciera el amor.

Zabdiel: te deseo tanto, ___ - dijo mientras besaba mi cuello.

___: y yo a ti, Zabdiel, hazme tuya - dije soltando un pequeño gemido.

Zabdiel me desnudó completamente y comenzó a introducirse en mi, los dos comenzamos a dar pequeños gemidos, él era el único que me podía hacer sentir así. La manera en que lo hacíamos era tierna, porque era con amor, y él trataba de no lastimarme, pero a la vez era muy salvaje. Dieron las 4 de la mañana y dimos un grito de placer, y se acostó a mi lado quedándonos completamente dormidos.

¡Tenias que ser tu! (Zabdiel de Jesús Y Tu) ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora