CAPITULO 46

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___: ¿Quieres que te ayude, Zabdiel? - grité mientras me quitaba la manta y me levantaba del sillón.

Zabdiel: no, tú quédate ahí, deberías ir a cambiarte esa ropa, te vas a enfermar - dijo mientras sacaba el jugo de naranja del refrigerador.

___: no, déjame ayudarte - me puse a su lado y comencé a romper la cáscara de los huevos para poder hacer huevos revueltos con tocino

Zabdiel: tú siempre tan terca.

___: y tú siempre tan franco. - reí.

Zabdiel: pero si te llegas a sentir mal, ni vengas conmigo que te diré "te lo dije" - me miró divertido.

___: y si me llego a sentir mal, no te diré nada - le saqué la lengua.

Creo que me afectaba estar a solas con Zabdiel, porque estando con él, no podía odiarle, quería estar muy cerca de él, y aunque sabía si me acercaba a él, podía terminar mal esto, mandar a la mierda todo lo que pasó y correría a sus brazos y tal vez no era justo para ninguno de los dos.

___:: ¡Listo! ¡Ya esta el desayuno! - grité.

Zabdiel: no grites aquí, estoy a tu lado - me habló con el mismo tono.

___. lo siento. - reí - ya vete a sentar, yo te serviré.

Zabdiel: yo te dije que haría el desayuno, tú vete a sentar - me tomó de la mano.

Me llevó hacia donde estaba el pequeño comedor. Zabdiel puso dos platos y vasos en la mesita y se sentó enfrente mio.

Zabdiel: aquí esta tu desayuno - dijo con tono dulce.

___: gracias - susurré.

Zabdiel: ¿Porque de repente cambias de ánimo? - preguntó mientras me miraba y servía jugo.

___: no lo se - suspiré.

Zabdiel: ¿Puedo volverte a hacer una pregunta? - dijo dándole un sorbo a su jugo de naranja.

___: claro - contesté mientras comenzaba a comer mi tocino.

Zabdiel: ¿tú... quieres a Ian? - preguntó.

___: si, es un buen amigo, no lo quiero como pareja y además no pienso volver con él. - lo miré.

Zabdiel: ¿Hablas en serio? - me devolvió la mirada.

___: si... - lo miré seriamente.

Zabdiel: con esta lluvia no creo que podamos hacer el trabajo aun.

___: tampoco lo creo, extraño a los chicos - suspiré.

Zabdiel: yo también, podríamos llamarlos para que vengan si es lo que quisieras - me miró y me dio una sonrisa muy tierna.

___: ¿De verdad harías eso? - lo miré sorprendida.

Zabdiel: si eso es lo que tu quieres lo haría - sonrió.

___: pero debemos ir a una hora para conseguir señal.

Zabdiel: esos no son obstáculos para mi, princesa si eso deseas iré hasta allá para hablarles - me volvió a dar una sonrisa - además no creo que quisieras estar muchos días sola a larga distancia con el idiota que te rompió tu corazón - agachó la mirada.

___: Zabdiel... - susurré.

Zabdiel: no, ___, no digas nada, ambos sabemos que es cierto, yo te amo y quisiera que volvieras a mi lado, pero quiero que seas feliz, así que te dejaré en paz, te dejaré ser libre, solo te veré como compañera, y aunque me duela debo decir - su vo se comenzó a cortar - que espero que encuentres a alguien bueno para ti y que sepa valorar la hermosa mujer que eres. Que no sea un idiota como yo - vi sus ojos y se estaban llenando de lágrimas.

Sus manos comenzaron a temblar y su voz se comenzó a cortar.

Zabdiel: soy un idiota, iré al pueblo a marcarle a los chicos - agachó la mirada y se giró para abrir la puerta.

Sus palabras se sintieron muy sinceras, él tenía razón, era un idiota. Rompió mi corazón en mil pedazos e incluso lo amo mas de lo que amé a Ian, creo que también era hora de dejar ir a Zabdiel, y dejar lo nuestro en el pasado, pero mi corazón no quería dejarlo ir, no aun, eso me dolería mas. ¡Era un idiota! ¡Pero era mi idiota! Corrí hacia él y lo abracé por detrás.

___: no quiero a nadie mas... mas que a ti - susurré.

¡Tenias que ser tu! (Zabdiel de Jesús Y Tu) ADAPTADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora